
Miguel Ángel García Hernández, migrante de 32 años herido en el tiroteo contra la sede del ICE en Dallas, murió tras ser desconectado del soporte vital.
El ataque armado contra instalaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Dallas cobró este martes a su segunda víctima mortal. Miguel Ángel García Hernández, de 32 años, quien había resultado herido de gravedad, falleció en el Hospital Parkland después de permanecer varios días conectado a soporte vital.
La Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC) confirmó el deceso y detalló que García Hernández recibió al menos ocho impactos de bala durante el tiroteo ocurrido el 24 de septiembre. Su esposa, Stephany Gauffeny, difundió una carta en la que describió el dolor que atraviesa la familia. “Mi esposo Miguel era un buen hombre, un padre cariñoso y el sostén de nuestra familia. Acabábamos de comprar nuestra primera casa juntos, y él trabajaba arduamente cada día para asegurar que nuestros hijos tuvieran lo que necesitaban. Su muerte es una tragedia sin sentido que ha dejado a nuestra familia destrozada. No sé cómo explicarles a nuestros hijos que su padre se ha ido”.
El fallecido deja a cuatro hijos y a su esposa, quien se encuentra embarazada. Una campaña en GoFundMe lo describió como “el único sostén de la familia”, resaltando que la familia apenas comenzaba una nueva etapa en su primera vivienda.
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El mismo ataque dejó también a otro detenido herido, José Andrés Bordones Molina, quien ya fue dado de alta. En tanto, un tercer migrante, el salvadoreño Norlan Guzmán-Fuentes, de 37 años, murió en el lugar según el reporte del forense local.
De acuerdo con las investigaciones, el tirador fue identificado como Joshua Jahn. Desde un tejado cercano, abrió fuego contra los vehículos que transportaban a personas detenidas en la zona de “sally port” del centro de detención. Después, se suicidó con un disparo. Las autoridades informaron que ningún miembro del personal de ICE resultó lesionado.
La oficina local de ICE en Dallas reanudará operaciones el próximo martes bajo estrictos protocolos de seguridad. Este centro funciona como punto de detención temporal: entre enero y junio, según un análisis de CBS News, en promedio 47 personas pasaron diariamente por el recinto, con estancias de alrededor de siete horas.
Con el fallecimiento de García Hernández, el ataque deja un saldo de dos personas muertas y un herido, además del impacto profundo en una familia migrante que enfrenta ahora una pérdida irreparable.