
Sisley, de 19 años, fue brutalmente atacada por compañeros del CETIS 56; su familia exige justicia y apoyo de las autoridades.
La vida de Sisley, una estudiante de 19 años del CETIS 56, al norte de la Ciudad de México, cambió para siempre luego de una agresión brutal a manos de sus compañeros. Desde entonces, la joven depende de una silla de ruedas y su familia clama porque el caso no quede impune.
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Todo comenzó el 1 de octubre, cuando durante una exposición en clase, Sisley se quedó medio dormida, lo que provocó burlas y reclamos por parte de una compañera identificada como Fátima. La discusión se intensificó y derivó en una confrontación fuera del plantel, sobre la calle Norte 82, en la colonia Gertrudis Sánchez, alcaldía Gustavo A. Madero.
El ataque fue grabado en video. En las imágenes se observa cómo varios jóvenes se suman a la agresión. Según el testimonio de la víctima, entre los involucrados se encontraban Fátima, Alison, Frida y Jesús, quienes la golpearon y la insultaron constantemente, incluso antes del ataque físico.
La violencia dejó secuelas irreversibles: trauma craneoencefálico moderado, esguince cervical, crisis epilépticas post trauma y síndrome post conmoción. Desde entonces, Sisley no puede caminar ni continuar con su rutina diaria. “Mi vida ya no es la misma”, expresó entre lágrimas.
Antes del ataque, la joven llevaba una vida normal: asistía a clases, socializaba con sus amigos y tenía planes académicos. Hoy, vive con miedo, sufre pesadillas recurrentes y ha tenido que abandonar la escuela.
Su familia denunció ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México a los agresores por lesiones dolosas y robo, pues durante la golpiza le arrebataron una cadena de oro. También señalaron la falta de respuesta por parte de las autoridades escolares, a quienes acusan de omisión.
El caso de Sisley pone nuevamente en evidencia la gravedad del acoso escolar y la urgencia de que las instituciones educativas actúen con rapidez ante las primeras señales de violencia.
Especialistas advierten que el bullying no atendido puede causar daños físicos y emocionales permanentes. Por ello, la familia pide que las autoridades del CETIS 56, junto con la Fiscalía, realicen una investigación a fondo, sancionen a los responsables y brinden atención médica y psicológica integral a la víctima.
Con información de Excelsior







