Medios internacionales aseguraban que había planes para convertir a Javier en el “Frank Sinatra latinoamericano” gracias a su peculiar estilo
Un día como hoy pero de 1966, Gabriel Siria Levario, mejor conocido como Javier Solís, cerró los ojos para siempre a la edad de 34 años de edad y en pleno auge de su carrera musical.
Perteneciente a uno de los cinco grandes intérpretes de la música ranchera mexicana, y sólo por detrás de Pedro Infante, Jorge Negrete, Luis Aguilar y Antonio Aguilar; Siria Levario siempre quiso ser boxeador y no cantante, pero fue su admiración por el inmortal Pedro Infante, el que lo llevó a participar y ganar concursos de canto en las carpas de barrio, como las del Teatro Salón Obrero y la del Salón Escandón.
“Mi ilusión más grande era ser boxeador profesional. Alternaba el boxeo con la carnicería. Pero una vez me abrieron una ceja y una oreja y no quedé con ganas de volver a pelear”, dijo en una entrevista en los años 60.
A la edad de 18 años utilizaba el seudónimo de Javier Luquín, imitando un poco a su ídolo, aunque su desarrollo como cantante profesional le permitió encontrar su propio estilo.
Su primer éxito fue Llorarás, con el que se colocó como el máximo exponente del bolero ranchero no sólo en México, sino en Estados Unidos, Centro y Sudamérica, además de que un año después llegó a España, con su singular interpretación.
En febrero de 1960 incursionó en el cine con la película El norteño, a la que le siguieron varias más y en las que alternó con artistas como María Victoria, Lola Beltrán y Luis Aguilar.
Su prolífica trayectoria consta de más de 300 canciones en su repertorio, varios álbumes y películas.
Javier Solís fue admirado no solo en América Latina, al propio Frank Sinatra también le gustaba escucharlo cantar, y aunque nunca cantaron juntos, sí pudieron conocerse, y expresarse su mutua admiración.
El encuentro ocurrió en 1965 cuando Solís viajó a Nueva York para grabar un disco, en donde incluiría boleros clásicos como Solamente una vez, Bésame mucho, Vereda Tropical y Cuando vuelva a tu lado.
Durante el breve encuentro Frank lució sonriente un sombrero de mariachi y Solís no ocultó su alegría al posar junto al ídolo internacional, y medios aseguraban que había planes para convertir a Javier en el “Frank Sinatra latinoamericano”.
En abril de 1966 fue internado en el Hospital Santa Elena debido a problemas con la vesícula y fue operado un día después de manera satisfactoria.
Sin embargo, debido a una costumbre arraigada que tenía de comer hielo y beber agua fría, pese a la prohibición médica tras la intervención quirúrgica, tal ingesta le produjo un infarto, según se informó en su momento.
Cada año, para conmemorar la fecha de su deceso, en la tumba del intérprete, sus seguidores se reúnen para recordarlo, cantar algunos de sus éxitos musicales, depositar arreglos florales y colocar algunas fotografías.
Para recordar su amplia trayectoria, te compartimos 10 canciones que han hecho historia en la voz del nacido en Tacubaya a principios de los años 30.
Esclavo y amo
Sombras
Luz de luna
Llorarás
Payaso
En mi viejo San Juan
Entrega total
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