
El gobierno de Milei lanza proceso para vender el 90% de AySA, empresa que abastece a más de 11 millones de personas en Buenos Aires.
El gobierno de Javier Milei busca incorporar capital privado en la compañía que abastece a más de 11 millones de personas.
El gobierno argentino anunció este viernes el arranque formal del proceso para privatizar AySA, la empresa pública que presta servicios de agua potable y saneamiento a Buenos Aires y su área metropolitana, con una cobertura de aproximadamente 11.2 millones de personas.
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La medida se enmarca dentro del ambicioso plan de reformas económicas impulsado por el presidente Javier Milei, que ha priorizado el ajuste del gasto público como vía para equilibrar las finanzas estatales. Bajo esta política, el país logró reducir la inflación anual de 211% en 2023 a 118% en 2024, y obtuvo un superávit fiscal por primera vez desde 2010. Sin embargo, el recorte presupuestario también ha generado efectos adversos como el aumento del desempleo, que alcanzó 7.9% en el primer trimestre de 2025, frente al 6.4% del trimestre anterior, así como una pérdida del poder adquisitivo para amplios sectores sociales, incluyendo empleados públicos y jubilados.
AySA, formalmente Agua y Saneamientos Argentinos S.A., fue incluida en el paquete de empresas “sujetas a privatización” establecido por la denominada “ley bases”, aprobada en 2024. El vocero presidencial, Manuel Adorni, explicó que se buscará “modernizar el servicio y mejorar su calidad y precio” mediante la incorporación de capital privado.
Según Adorni, el Estado transferirá el 90% de las acciones a través de una licitación pública nacional e internacional, y de forma paralela lanzará una oferta pública inicial para ampliar el acceso a inversores. El 10% restante del capital se reservará para los trabajadores de la empresa, quienes podrían convertirse en accionistas.
Hasta ahora, AySA emplea a poco más de 6 mil 200 personas, aunque no se ha detallado si el proceso de privatización implicará recortes de personal.
La historia de AySA incluye una primera privatización en 1993, cuando la concesión fue otorgada a la multinacional francesa Suez y a socios locales. Sin embargo, en 2006, durante el gobierno de Néstor Kirchner, se rescindió el contrato y la compañía regresó a manos del Estado. Desde su reestatización, la empresa ha requerido subsidios por más de 13 mil 400 millones de dólares, aunque en 2024 logró generar superávit por primera vez desde 2007.
El proceso de venta de AySA se suma al de otras compañías estatales que también iniciaron su transición hacia el modelo privado, como parte de la reconfiguración económica del país. El futuro de los servicios públicos en Argentina, bajo esta nueva lógica de mercado, sigue siendo motivo de debate tanto entre especialistas como entre los ciudadanos afectados.
Con información de Excelsior