Según las autoridades de Catar, las reuniones familiares en el ayuno del ramadán islámico podrían haber favorecido la propagación del virus
Catar inició este domingo la aplicación de sanciones que van desde tres años de cárcel hasta multas de casi 50,000 euros a las personas que no lleven mascarilla en público, en un intento de frenar la rápida propagación del nuevo coronavirus en el país y que ha infectado a más de 30,000 personas.
El 1.1% de la población de este pequeño país del golfo Pérsico de 2.75 millones de personas ha contraído el virus. Hasta ahora, se han reportado 15 víctimas.
Solo los microestados de San Marino y el Vaticano han registrado tasas de infección por habitante más altas, según el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades.
Según las autoridades de Catar, las reuniones familiares durante el ayuno del ramadán podrían haber favorecido la propagación del virus.
Los restaurantes, cines, escuelas, centros comerciales y mezquitas han sido cerrados, pero la construcción -sobre todo la vinculada a la Copa del Mundo de Fútbol de 2022- se han mantenido en marcha con reglas de distanciamiento físico y la obligación de llevar mascarilla desde el 26 de abril.
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