
La provincia china de Guangdong registra el brote más grave de chikungunya en su territorio, con más de 8 mil casos confirmados y medidas estrictas de control
China atraviesa en 2025 el brote de chikungunya más severo jamás registrado en su territorio. La provincia de Guangdong, especialmente la ciudad de Foshan y áreas cercanas, concentra la mayoría de los contagios, que han superado los 8 mil según datos oficiales. El 25 de julio se reportaban 4 mil 14 casos, cifra que en pocos días rebasó los 7 mil, estableciendo un récord histórico para el país.
Las autoridades sanitarias atribuyen la rápida propagación a condiciones meteorológicas recientes, como monzones intensos y tifones, que han generado abundantes depósitos de agua estancada, ambiente ideal para la proliferación del mosquito Aedes, vector de la enfermedad.
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El gobierno chino ha desplegado una estrategia amplia y estricta, evocando las medidas de la era covid-19. Entre las acciones destacan operativos de limpieza para eliminar criaderos, inspecciones domiciliarias, fumigación masiva —incluido el uso de drones— y métodos biológicos como la introducción de peces larvívoros, liberación de mosquitos no picadores y larvas depredadoras de otras especies. Además, los pacientes hospitalizados permanecen bajo mosquiteros y solo reciben el alta tras dar negativo en pruebas de control.
También se han impuesto sanciones como multas y cortes de energía a quienes incumplan las disposiciones. El monitoreo incluye reportes obligatorios de farmacias y recolección de muestras incluso sin consentimiento, una práctica que ha generado inquietud en algunos sectores de la población.
La propagación no se ha limitado a China continental. Taiwán confirmó un caso importado desde Foshan tras un viaje el 30 de julio, y Hong Kong también ha identificado pacientes vinculados al brote. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos emitieron una alerta de nivel 2 para Guangdong, instando a extremar precauciones.
El chikungunya es un virus transmitido por mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictus. Provoca fiebre alta repentina, dolores articulares y musculares intensos, erupciones cutáneas, cefalea, fatiga y náuseas. Aunque los síntomas agudos suelen desaparecer en una semana, el dolor articular puede prolongarse durante meses o incluso años. Los adultos mayores, lactantes, embarazadas y personas con enfermedades previas son más vulnerables a complicaciones.
Actualmente no existe tratamiento antiviral específico. La atención médica se basa en aliviar síntomas con analgésicos y mantener una adecuada hidratación. Aunque hay vacunas autorizadas en Estados Unidos y la Unión Europea —IXCHIQ y VIMKUNYA—, en China no están disponibles para la población general, lo que obliga a depender únicamente del control del mosquito vector.
Si bien no representa un riesgo pandémico al nivel de la covid-19, la combinación de factores como cambio climático, movilidad global y ausencia de inmunidad en ciertas regiones, convierten al chikungunya en una amenaza prioritaria para la vigilancia epidemiológica internacional.