En un contexto marcado por la violencia y las extorsiones, Coca Cola informó que reanudará sus operaciones directas en Puente de Ixtla, Morelos.
Esta decisión se toma después de varios meses de ausencia, debido al intento de la Familia Michoacana de tomar el control de la distribución de sus productos.
A pesar de que las nuevas autoridades estatales han intensificado la seguridad en la región, la tarea de recuperar la confianza de los comerciantes y las empresas sigue siendo un gran reto. Este caso refleja los efectos devastadores del crimen organizado en el comercio local y los esfuerzos por combatirlo.
La detención de Jaime Bahena Landa, alias La Parka, en noviembre pasado representó un hito en la estrategia de seguridad en el sur de Morelos. Como líder de los halcones de la Familia Michoacana, La Parka no solo era un actor fundamental en las extorsiones a comerciantes, sino que también tenía el control de negocios como la distribuidora La Gaviota, imponiendo precios en materiales y productos esenciales.
Su arresto forzó a Luis Gómez Gómez, alias El Kalimán, líder regional del grupo criminal, a refugiarse en Guerrero. No obstante, las redes de extorsión de la Familia Michoacana siguen operando en municipios como Tilzapotla, Jojutla y Tehuixtla, donde los cobros de piso y las amenazas a los negocios se han vuelto una constante.
La violencia ha provocado un deterioro económico en localidades como El Estudiante, donde más de dos mil habitantes enfrentan cuotas impuestas por los criminales para el suministro de agua. Además, se ha informado de la desaparición de siete personas que no pudieron pagar las extorsiones, entre ellas un tendero que perdió su mercancía debido a las inundaciones.
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En Puente de Ixtla, las grandes tiendas han disminuido sus horarios de operación, y empresas como Coca Cola se vieron forzadas a suspender sus actividades debido al secuestro de repartidores y al intento de la Familia Michoacana de tomar el control de la distribución de sus productos.
La llegada de nuevas autoridades en Morelos ha posibilitado la implementación de operativos de seguridad coordinados entre la Guardia Nacional, la Secretaría de Seguridad estatal y la Sedena. Esto ha permitido el regreso de Coca Cola a Puente de Ixtla, reactivando la distribución en municipios como Coatetelco, Mazatepec y Amacuzac.
El almacenamiento en su centro de distribución ha vuelto a operar con normalidad, lo que representa un avance hacia la recuperación económica de la región. No obstante, los comerciantes locales continúan enfrentando el temor y la incertidumbre generados por años de control criminal.
El desafío no solo consiste en recuperar la confianza de empresas como Coca Cola, sino también en reconstruir el tejido social de comunidades que han padecido durante años el abuso del crimen organizado.