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Comenzó el Carnaval de Río y con él las protestas contra Bolsonaro

Trascendió también que es la primera vez que habrá una ley de acoso en el Carnaval de Brasil

Oficialmente comenzó el famoso Carnaval de Río de Janeiro, en Brasil, las fiestas callejeras dieron cuenta de ello. Es el primer Carnaval que toca al gobierno del presidente brasileño, Jair Bolsonaro.

El mandatario de ideología derechista ha manifestado en diversas ocasiones su desagrado a la comunidad LGBT y otras minorías.

Una de las fiestas callejeras más tradicionales en Río es en Carmelitas, donde el día de ayer los asistentes cantaron una canción de samba titulada: “Azul o rosa, todo es igual”, pues la ministra de derechos humanos brasileña, Damares Alves, declaró: “Es una nueva era en Brasil, los niños visten de azul y las niñas de rosa”.


“Este desfile es un acto de resistencia al opresivo nuevo gobierno”, dijo una percusionista.

Algunos asistentes llevaban vestuario alusivo a los escándalos de corrupción surgidos en los primeros días de gobierno de Bolsonaro. Se dijo que el conductor de su hijo era un empleado naranja.

Los empleados naranjas son empleados fantasmas por parte de los políticos para lavar dinero.


“El carnaval es resistencia, la samba es resistencia”, dijo un joven disfrazado de empleado naranja.

Por otro lado este año será novedoso, pues los delitos sexuales serán castigados.

La ley clasifica como delitos los actos de molestia sexual y la divulgación de escenas de violación.

También especifica que la molestia sexual se define como la práctica de un acto libidinoso contra alguien sin su consentimiento, “con el objetivo de satisfacer la propia lascivia o la de un tercero”.

Con la nueva ley, acciones como pasar la mano en el cuerpo de alguien sin su consentimiento o robar un beso, considerados por muchos como parte de las fiestas del carnaval, pasan a ser tipificados como delito de importunio sexual.

Robar besos o cualquier acto quesea realizado mediante violencia o amenazas, será tipificado como violación.

La pena prevista para este tipo de delitos varía de uno a cinco años de prisión, si el acto no constituye un delito más grave.

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