
La moda de crear Polaroids con artistas vía Gemini se ha vuelto viral, pero expertos alertan sobre riesgos de privacidad y suplantación de identidad.
La tendencia de generar fotos estilo Polaroid con celebridades usando herramientas de inteligencia artificial como Gemini se ha viralizado en redes sociales. Miles de usuarios suben imágenes propias para “posar” virtualmente junto a sus artistas favoritos, creando recuerdos digitales que parecen capturas de cámara real.
Sin embargo, esta moda conlleva riesgos que muchos ignoran. Cada imagen que se carga en plataformas de IA como Gemini puede integrarse en bases de datos utilizadas para entrenar algoritmos, lo que significa que tu rostro podría circular sin tu control en distintos espacios digitales. Adicionalmente, muchas aplicaciones de IA no detallan de manera clara cómo manejan la información de los usuarios, lo que aumenta el riesgo de exposición.
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Expertos en ciberseguridad señalan que los peligros incluyen la suplantación de identidad, ya que tu foto podría ser usada para crear perfiles falsos; la generación de deepfakes, en los que tu rostro se inserta en contextos ficticios o comprometedores; y la exposición innecesaria, derivada de posibles hackeos o filtraciones de datos, incluso en plataformas que parecen confiables.
Para disfrutar de esta tendencia sin comprometer la privacidad, especialistas recomiendan varias medidas: leer cuidadosamente las políticas de privacidad antes de subir imágenes, evitar fotografías sensibles con familiares o en espacios privados, utilizar plataformas que permitan eliminar los datos tras procesarlos y considerar alternativas offline, como programas de edición de imágenes tipo Photoshop, que evitan que tus fotos terminen en bases de datos externas.
La clave para participar de forma segura en la moda de las Polaroids digitales está en actuar con precaución, priorizar la protección de la identidad y entender que la creatividad digital puede convivir con la seguridad en línea si se toman decisiones informadas. De lo contrario, lo que empieza como un entretenimiento inocente podría transformarse en un problema de privacidad difícil de controlar.