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Cumbre del G7 transcurre entre tensiones y la crisis en el Amazonas

La cumbre del G7 ha transcurrido marcada por las tensiones comerciales, la crisis en el Amazonas y la visita del canciller iraní Mohamed Javad Zarif

El canciller iraní Mohamed Javad Zarif visitó el domingo la cumbre del Grupo de los 7 (G7) sin previo aviso y se dirigió directamente al corazón de Biarritz, donde los líderes de las democracias más prósperas del mundo han estado debatiendo cómo hacer frente a las ambiciones nucleares de Teherán.

La invitación sorpresiva de Francia a Zarif representó una estrategia riesgosa del mandatario francés Emmanuel Macron, anfitrión de la reunión en la ciudad turística en el litoral del Atlántico.

Zarif pasó unas cinco horas en Biarritz después de que su avión llegó al aeropuerto, el cual ha estado cerrado desde el viernes a todos los vuelos no relacionados con las delegaciones oficiales del G7.

Un alto funcionario francés, que declaró a condición de guardar el anonimato para poder hablar sobre las delicadas conversaciones, dijo que Macron le informó personalmente al presidente estadounidense Donald Trump acerca de la invitación a Zarif.

El funcionario indicó que Macron y Trump se reunieron durante dos horas el sábado y dialogaron ampliamente sobre el tema de Irán, y también lo hicieron durante la cena informal del grupo esa misma noche.

Otro funcionario francés indicó que Francia “está trabajando en total transparencia con Estados Unidos y en total transparencia con sus socios europeos”. El canciller iraní se reunió con Macron, así como con diplomáticos de Francia, Alemania y Gran Bretaña en el ayuntamiento de Biarritz, agregó.

Zarif, que enfrenta sanciones de Washington, tenía programado un viaje a Asia, parte de una gira para buscar apoyo a Irán en medio de la campaña estadounidense contra ese país desde que Trump retiró a Estados Unidos del acuerdo nuclear con Teherán alcanzado en 2015.

El secretario del Tesoro estadounidense Steve Mnuchin dijo que Trump no había “establecido precondiciones” en las negociaciones con Irán.

Zarif llegó en un momento en el que surgieron diferencias entre los líderes del G7 en torno a cómo manejar el asunto del programa nuclear iraní.

Macron dijo que, durante una cena el sábado, los líderes acordaron que el mandatario francés podía fungir como un mensajero del G7 ante Irán. Trump negó haber acordado nada, y Macron se vio obligado a minimizar su papel y reconocer el estatus de Trump como “el presidente de la mayor potencia del mundo”.

El funcionario francés dijo también que, con base en la cena del sábado, Francia considera importante dialogar con Zarif para seguir tratando de lograr un acercamiento y disminuir las tensiones. El funcionario señaló que los franceses no son “mediadores”, pero creen que pueden contribuir a un deshielo.

Macron dijo que no tiene un mandato formal para hablar en nombre de los líderes del G7 al enviarle un mensaje a Irán, pero que podría atender el asunto en el contexto de lo que acordaron durante la cena.

Durante varios meses, Macron ha tomado un papel de liderazgo para tratar de salvar el acuerdo nuclear de 2015, que ha estado desmoronándose desde que Trump retiró a Estados Unidos. La oficina del mandatario francés indicó que los líderes del G7 acordaron que él debería fungir como mediador con Irán.

“No he conversado sobre eso”, afirmó Trump el domingo por la mañana. Dijo que la cena había sido “muy, muy buena” y culpó a la prensa por cualquier cosa que implicara lo contrario.

Sin embargo, según otras versiones la cena fue tensa, con una marcada división entre él y el resto del G7.

El primer ministro británico Boris Johnson felicitó al mandatario francés y le estrechó la mano durante una reunión matutina.

“Bien hecho. Bien joué”, le dijo Johnson en francés, usando la expresión que suele decirse en una ronda exitosa de baraja. “Estuviste muy bien anoche. Dios mío, estaba difícil. Estuviste brillante”.

Tristen Naylor, subdirector del Grupo de Investigación sobre el G7, dijo que la invitación a Zarif fue una “medida arriesgada”.

“Los riesgos para el presidente francés eran bastante grandes. Podría haber evocado una reacción muy fuerte y negativa de parte del presidente estadounidense, desde una franca censura hasta que el mandatario estadounidense dijera simplemente ‘ya basta’ y se subiera al avión y se fuera”, afirmó Naylor.

Pero la invitación fue además una especie de espejo de la propia diplomacia de Trump, también de alto riesgo.

“Algo que hemos aprendido a lo largo de los dos años y medio de gobierno del presidente estadounidense es que lo que le funciona, lo que le genera resonancia, es la sorpresa, es una medida de gran envergadura, algo llamativo”, señalón Naylor. “Y creo que el presidente francés se inspiró en ello, ejecutó una maniobra a partir de ello con gran aplomo”.

La canciller alemana Angela Merkel dijo que la presencia de Zarif era paralela a cualquier evento del G7, y que todo el mundo estaba de acuerdo en procurar que haya más conversaciones en lugar de tensiones.

“Es totalmente correcto explorar toda posibilidad, y explorar lo que conversamos ayer… lo cual no quedó como un encargo formal para nadie”, afirmó. “Pero ciertamente que Irán debería saber lo que dialogamos”.

Después de que Zarif partió, Macron y Trump tuvieron varias expresiones amistosas entre sí mientras se preparaban para la fotografía grupal de los asistentes.

Los líderes del G7 se enfocaron gran parte del domingo en lo que pueden hacer para incrementar el crecimiento en una época de creciente incertidumbre. Las compañías manufactureras en todo el mundo están dolidas por la disputa comercial entre Estados Unidos y China, que ha derivado en nuevos impuestos a las importaciones de bienes valorados en cientos de millones de dólares.

Por su parte, el presidente estadounidense Donald Trump negó el domingo versiones de que los líderes del Grupo de los Siete lo recibieron tensamente en la cumbre en Francia.

“Los líderes se están llevando muy bien”, escribió el mandatario en un tuit la madrugada del domingo.

Trump está tratando de usar la cumbre para convencer a los demás líderes a tomar medidas contra el letargo de la economía, en medio de temores que podría afectar su reelección.

En lo que sí hubo un acuerdo fue en ayudar a los países afectados por los incendios en la Amazonía, en especial a Brasil y Bolivia. Por lo que los líderes del G7 pactaron actuar “lo más rápido posible”, tanto a través de “medios técnicos” como “financieros”.

“Estamos todos de acuerdo para ayudar lo más rápido posible a los países afectados por estos incendios”, dijo el presidente de Francia, Emmanuel Macron, anfitrión de este foro de grandes potencias, que se reúne del 24 al 26 de agosto en la localidad francesa de Biarritz.

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