El famoso futbolista argentino Lionel Messi se conmovió hasta las lágrimas al conocer al Papa Francisco, fallecido este 21 de abril de 2025 a los 88 años de edad
Entre los muchos gestos que marcaron el papado de Francisco, uno de los más entrañables para el mundo del deporte fue su encuentro con Lionel Messi. Ocurrió en agosto de 2013, solo unos meses después de que Francisco asumiera como Sumo Pontífice. Este lunes 21 de abril de 2025, el Papa falleció a los 88 años de edad, dejando tras de sí momentos entrañables como aquel que unió al futbol y la fe con el sello de la emoción argentina.
EL DÍA QUE MESSI CONOCIÓ AL PAPA FRANCISCO
La ocasión fue una audiencia especial con las selecciones de Argentina e Italia, previo al amistoso que ambas disputaron en Roma. El lugar: el Palacio Apostólico. El motivo: un homenaje al Papa nacido en Buenos Aires. Como parte de la ceremonia, Francisco entregó un ramo de olivo —símbolo de paz— a los capitanes de ambas escuadras: Gianluigi Buffon y Lionel Messi.
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Pero fue después del protocolo cuando se vivió el momento más íntimo. Messi se acercó al Pontífice, quien lo bendijo con cariño y lo despidió con una sonrisa cálida. Leo, conmovido, no pudo evitar quebrarse. Su emoción no pasó desapercibida: los ojos húmedos, el rostro conmovido, el silencio que decía más que mil palabras. En esa imagen, dos ídolos argentinos se reconocieron mutuamente, más allá de sus campos.
LA EMOCIÓN DE LIONEL MESSI
“Para nosotros hoy es un día muy especial. Estoy orgulloso de haber estado aquí para ver al Papa, también porque es argentino. El futbol me ha llevado por todo el mundo, pero esta ha sido una jornada inolvidable”, dijo Messi a la prensa, con humildad.
Esa jornada en Roma no solo unió dos camisetas o dos naciones. Unió dos almas: la de un pastor y la de un genio del balón. Hoy, con la partida de Francisco, ese momento se resignifica. Queda en la memoria como uno de los grandes gestos de cercanía del Papa con su gente, con su tierra y con sus ídolos.
EL PAPA FRANCISCO ELIGIÓ A MESSI COMO EL MEJOR
El Papa Francisco siempre llevó al futbol en el corazón. Aficionado confeso de San Lorenzo de Almagro, recibió en múltiples ocasiones a figuras del deporte en el Vaticano, desde el plantel campeón de la Libertadores 2014 hasta la selección de Argentina, a quienes bendijo y animó en diferentes momentos de su papado. Su pasión no se limitaba a los colores azulgranas; el deporte, para él, era una herramienta de encuentro, respeto y superación.
Durante la Jornada Mundial de la Juventud en 2016, al Pontífice le lanzaron una de las preguntas más comunes —y polémicas— entre los fanáticos del balompié: ¿Maradona o Pelé? La respuesta fue tajante y emotiva: “Para mí, el mejor es Messi”. Con esa declaración, Jorge Mario Bergoglio dejó claro que el ‘10’ rosarino no solo era un símbolo nacional, sino el máximo exponente del futbol para quien guió durante años a millones de católicos en el mundo.
