El ecoturismo como alternativa para conservar al tiburón blanco

La observación de tiburón blanco es una actividad ecoturística que deja a México una gran derrama de varios millones de dólares al año a México, siendo vital para la conservación de la especie

A la búsqueda del tiburón blanco. De entre las embarcaciones del puerto de Ensenada, Baja California, el Southern Sport tiene un destino privilegiado al adentrarse en el Océano Pacífico y recorrer 260 kilómetros a mar abierto, para finalmente encontrarse frente a frente con la Isla Guadalupe.

Este archipiélago es el punto más lejano hacia el occidente de todo el territorio mexicano y para llegar hasta ahí hace falta una travesía de 22 horas en barco, pero es el mejor lugar del mundo para la observación del tiburón blanco.

Al ser un área natural protegida, muy pocas embarcaciones tienen autorización para ofrecer este tipo de turismo, estando prohibido tocar tierra pero para observar esta especie marina, pero no hace falta pues se realiza a través de jaulas sumergidas.

Así, traje de neopreno para buceo, visor y equipo de respiración, al sumergirse, el agua es fría, alrededor de 19 grados centígrados.

Los tiburones son atraídos con trozos de atún y poco a poco rodean las jaulas, acercándose curiosos. Todo facilitado por el agua cristalina, que permite apreciar claramente a los tiburones y a varios tipos de peces.

Este tipo de turismo es vital para la conservación de la especie.

“Si tu dejas de tener a los barcos de ecoturismo ya no hay nadie cuidando los tiburones porque La Naval no puede estar patrullando todo el tiempo Entonces estos barcos se vuelven como ojos extras que están cuidando de estos animales”, nos explica el Dr. Mauricio Hoyos, experto en tiburón blanco.

Sin embargo, en 2016 esta actividad estuvo a punto de desaparecer por la gran cantidad de incidentes. Los tiburones se metían a las jaulas, se lastimaban las branquias y ponían en peligro a los turistas. La causa eran los barrotes muy separados y el manejo de carnada desde el interior.

Para resolver esta situación, el Dr. Hoyos nos dice que se cambió el diseño de las jaulas y “se le dieron talleres a los prestadores para ver cómo tenían que utilizar la carnada”, y qué tipo de  Qué tipo de señuelo utilizar. “Y a partir de entonces en el 2017 y 2018 no hemos tenido un solo accidente”.

Además, el especialista nos explica por qué esta clase de ecoturismo deja una gran derrama económica a México.

“Llega a haber entre 10 y 11 barcos que vienen a Isla Guadalupe cada año, cada barco puede traer de 19 hasta 32 personas y es un viaje que cuesta entre 3 mil y 4 mil 500 dólares, estamos hablando de varios millones de dólares al año gracias a este tipo de actividad”.

La mayoría de los turistas son extranjeros pero cada año aumenta el número de mexicanos que visitan Isla Guadalupe, el santuario del gran tiburón blanco, definiéndola el biólogo Jorge Rickards como “una experiencia de vida”.

Con información de Diana Jiménez

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