
Un ciudadano mexicano perdió la vida en una cárcel migratoria de Georgia. Las circunstancias del caso reavivan críticas por abusos y fallas en el sistema del ICE
El deceso de un hombre mexicano de 45 años bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) ha reactivado la polémica sobre las condiciones en los centros de detención migratoria en Estados Unidos. Se trata de Jesús Molina Veya, quien fue hallado inconsciente el 7 de junio de 2025 dentro del Centro de Detención de Stewart, en Georgia, y más tarde declarado muerto en el hospital Phoebe Sumter de Americus.
La versión preliminar indica que el personal penitenciario notó a varios internos reunidos fuera de la celda de Molina Veya en las primeras horas del día. Al entrar, lo encontraron sin signos vitales y con una ligadura en el cuello. Le practicaron maniobras de reanimación cardiopulmonar antes de trasladarlo en ambulancia, pero fue declarado muerto a las 18:42 horas. Aunque la causa oficial aún está pendiente, se maneja la hipótesis de un suicidio.
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Este caso representa la segunda muerte de un detenido migrante en Georgia en menos de un mes y la octava a nivel nacional en lo que va del año. Según ICE, el ciudadano mexicano había sido arrestado varias veces desde 1999 por ingresar sin documentos, además de tener antecedentes por delitos graves, incluyendo abuso sexual, conducción bajo efectos del alcohol, posesión de drogas, agresión simple y fuga tras un accidente.
Su última aprehensión ocurrió el 28 de febrero por violar su libertad condicional, y fue sentenciado el 3 de abril. La instalación donde ocurrió el fallecimiento es operada por la empresa privada CoreCivic y ha sido señalada por múltiples organizaciones por sus condiciones inadecuadas.
Entre los casos recientes destaca también el de Abelardo Avelleneda Delgado, quien falleció en mayo durante su traslado al mismo centro, y el de Marie Blaise, ciudadana haitiana de 44 años, que murió en abril en Florida tras no recibir atención médica a tiempo pese a sus antecedentes de hipertensión. Varios fallecimientos más se han registrado en estados como Texas, Misuri, Arizona y Puerto Rico.
Grupos defensores de los derechos de los migrantes, como ACLU y Detention Watch Network, denuncian que las causas detrás de estas muertes están relacionadas con omisiones médicas, malas condiciones de reclusión y negligencia institucional. De acuerdo con una investigación del Miami Herald, muchas de estas pérdidas humanas pudieron haberse evitado con diagnósticos adecuados y atención oportuna.
El fallecimiento de Molina Veya ocurre en un contexto tenso por las recientes redadas masivas ordenadas por el gobierno federal. Las operaciones han generado protestas en varias ciudades, entre ellas Los Ángeles, donde se reportaron enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad. En Atlanta, activistas describen como “inhumanas” las condiciones en Stewart, donde se han documentado al menos 13 muertes desde su apertura, tres de ellas atribuidas a suicidios.
Desde México, la presidenta Claudia Sheinbaum expresó su rechazo a las redadas y exigió garantías para la integridad de sus connacionales. “Son un ataque contra personas que trabajan honestamente”, afirmó, advirtiendo que las medidas afectan no solo a familias mexicanas, sino también a la economía nacional.
Por su parte, ICE sostiene que cada muerte es investigada conforme al protocolo y que ofrece entornos seguros y atención médica a las personas bajo su custodia. Sin embargo, voces de legisladores demócratas y organizaciones civiles reclaman auditorías independientes y una transformación estructural del sistema de detención migratoria.
El caso de Jesús Molina Veya se suma a una serie de incidentes que evidencian fallas sistemáticas en la protección de los derechos humanos dentro de centros que, en teoría, deben resguardar temporalmente a quienes enfrentan procesos migratorios, no poner en riesgo su vida.