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La legión de Cristo enfrenta una demanda por daños morales

Víctimas de Maciel aún sufren secuelas de los abusos

Los abusos que cometió Maciel siguen causando problemas en la actualidad y pesan para la iglesia mexicana, A once años de su muerte, las víctimas reclaman justicia mientras otras negocian directamente con la congregación la reparación del daño.

La aparición de nuevas denuncias en el país confirma, según las voces consultadas, el carácter estructural del abuso y la existencia de un sistema de encubrimiento desde hace al menos seis décadas.

José Barca, exlegionario de Cristo y víctima de Marcial Maciel, pederasta y fundador de la orden, pasó varios años alejado de la iglesia, sin comulgar y creer en los dirigentes de la misma. Hace unos meses en el torbellino por los abusos de la iglesia chilena volvió a asistir a una misa en Ciudad de México y salió indignado: “El sacerdote no pronunció ni una palabra sobre los casos de pederastia”. Hace quince días regresó a esa misma iglesia y esta vez el sacerdote sí mencionó algo sobre el tema: “Dijo que solo era un granito negro dentro del arroz”, recuerda.

Los encubrimientos de los delitos de Maciel por parte del Vaticano han frenado por completo las acciones que piden las víctimas de los abusos, no solo palabras contundentes para atajar el problema.

A pesar de que el propio Francisco solicitó a los jerarcas de todo el mundo que se acercaran a los damnificados en preparación para la reunión de febrero, las víctimas de Maciel consultadas aseguran que la Iglesia mexicana no se ha comunicado directamente con ellas.

José Barba, uno de los ocho exlegionarios que denunció públicamente a Maciel en 1997, está pendiente de una reunión con el nuevo cardenal de México, nombrado hace un año para sustituir a Norberto Rivera, acechado por las acusaciones de haber protegido a varios curas pederastas. “En marzo pasado me vino a ver un abogado de parte del nuevo cardenal y me preguntó si estaba dispuesto a hablar con él, pero no dio ni fecha ni lugar y todavía no me he reunido”, cuenta. “No ha habido voluntad”.

“Cuando denuncié a Maciel por primera vez, se me acusó de hacer complot, de ser enemigo de la Iglesia”, cuenta el exsacerdote Alberto Athié, uno de los primeros en denunciar los abusos del fundador de la Legión de Cristo ante el ahora arzobispo emérito de México, Norberto Rivera. Athié asegura que, tras presentarle en 1997 nueve casos de pederastia, Rivera quiso acallarlo y le ofreció nombrarlo obispo a cambio de su silencio. Él no aceptó, lo que le valió su posterior traslado a Chicago, en Estados Unidos.

El exsacerdote calcula que tan solo en México hay al menos 40 víctimas de Maciel e insiste en que ocultar los abusos dentro de la Iglesia era una cuestión sistémica. “Había un protocolo de encubrimiento, bajo el cual actuaban los obispos. La pederastia clerical no es un accidente, es un asunto estructural”, apunta Athié. Aunque el papa Francisco perdonó a la Legión en 2015, la herida sigue sin estar cerrar. “Se sienten perdonados como institución, pero dentro todavía quedan legionarios que defendieron a Maciel”, asegura Barba.

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