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Los niños de Morelia, otro ejemplo de las consecuencias de la guerra en los menores

Procedentes de una España golpeada por la Guerra Civil; los niños de Morelia llegaron en un viaje que creían de ida y vuelta, pero para muchos el exilio fue definitivo

El 7 de junio de 1937 llegaron al puerto de Veracruz 456 niños, maleta en la mano y con la promesa de regresar con sus padres a España en cuanto terminara la Guerra Civil, una vez que se diera el triunfo de la causa republicana.

Sin embargo, la guerra la ganó el bando sublevado y los niños quedaron bajo el cuidado del gobierno de México debido al desentendimiento de las autoridades de la España peninsular.

Desde el inicio de la Guerra Civil, el gobierno de México, encabezado por el general Lázaro Cárdenas, ayudó de distintas formas a la Segunda República Española, de corte izquierdista, y una de ellas fue recibir a los que a la postre se les conoció como los “Niños de Morelia”.

También conocidos como “Niños de la Guerra” eran hijos de republicanos españoles que viajaron en el Mexique desde Burdeos hasta Veracruz, gracias a las gestiones hechas entre el Comité Iberoamericano de Ayuda al Pueblo Español y el Comité de Ayuda a los Niños del Pueblo Español, del que Amalia Solórzano Bravo, esposa Lázaro Cárdenas, era parte.

Al día siguiente arribaron a la ciudad de México, siendo alojados en la Escuela “Hijos del Ejército” nº 2, y para 10 de junio tuvieron una multitudinaria bienvenida en Morelia, capital del estado de Michoacán, siendo alojados en dos antiguos seminarios, ahora transformados en colegios para niños y niñas con el nombre de Escuela Industrial “España-México”.

Sin embargo,los menores ya habían vivido mucha violencia para su corta edad, por lo que esas expresiones de júbilo profundizaron aún más su sensación de abandono, de exilio forzado; sumándose la muerte por accidente o enfermedad de algunos de ellos, otros fueron detenidos por la policía al arrojar piedras contra las iglesias, o se escaparon al no poder adaptarse a las reglas de las casas de acogida.

Así, aunque Lázaro Cárdenas veía regularmente por ellos, al término de su periodo en la presidencia en 1940, el apoyo oficial comenzó a disminuir paulatinamente, pasando a depender de la ayuda de la colonia de españoles en México.

Aunque algunos de estos niños sí pudieron regresar a España, la gran mayoría terminó repartido en orfanatos o internados en la Ciudad de México y Puebla, otros se fueron a vivir con familiares o con miembros de la comunidad española.

IPR

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