
El volcán Etna, ubicado en Sicilia, registró una nueva erupción que provocó una densa columna de ceniza y obligó a turistas a evacuar la zona de inmediato
En la madrugada de este lunes, el volcán Etna, localizado en la región italiana de Sicilia, registró una erupción que generó una gran columna de humo y ceniza que alcanzó una altura superior a los cinco mil metros. El fenómeno ocurrió tras el colapso parcial del cráter sureste, lo que desencadenó la expulsión de lava y flujos piroclásticos.
A pesar del impresionante espectáculo natural y la huida apresurada de turistas sorprendidos por la actividad volcánica, las autoridades italianas han informado que no se ha emitido ninguna alerta por riesgo directo a las comunidades cercanas. De acuerdo con el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV), la situación está bajo vigilancia constante y no se han detectado amenazas inmediatas a la población local.
El alcalde de Catania, Enrico Tarantino, declaró a medios italianos que “todo está normal”, destacando que las medidas de monitoreo se mantienen activas y que no se prevén consecuencias graves a raíz de esta nueva actividad volcánica.
Etna es uno de los volcanes más activos del continente europeo y presenta erupciones con relativa frecuencia. Las autoridades italianas están familiarizadas con este tipo de episodios y, en esta ocasión, han descartado riesgos mayores, aunque mantienen bajo observación constante la evolución del fenómeno.
El colapso del cráter sureste provocó la emisión de flujos que, hasta el momento, no han alcanzado zonas habitadas. Aunque se vivieron momentos de tensión entre visitantes que se encontraban en las laderas del volcán al momento del estallido, no se han reportado personas heridas ni daños a infraestructuras.
Las imágenes de la erupción, difundidas en redes sociales, muestran una nube densa que se eleva rápidamente sobre el paisaje siciliano, mientras algunos turistas se alejan apresuradamente del lugar.
El INGV continuará monitoreando la actividad del Etna durante los próximos días, ya que el comportamiento del volcán puede cambiar sin previo aviso. Especialistas han explicado que este tipo de eventos, aunque espectaculares, son parte del ciclo natural del Etna, cuya actividad ha moldeado históricamente tanto la geografía como la cultura de la isla de Sicilia.