El uniformado compartió que en meses pasados él también sufrió la necesidad de comprar un tanque de oxígeno para mejorar su salud
Norberto Sánchez Hernández, el agente de tránsito de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) que el sábado pasado devolvió 30 mil pesos a un ciudadano, que utilizaría para comprar un tanque de oxigeno para su esposa, dijo entender la situación, porque hace unos meses él también enfrentó al coronavirus.
“Fui empático con el ciudadano, porque hace cuatro o cinco meses yo estuve contagiado de este virus de covid y gracias a Dios aquí estamos con tratamiento adecuado. Yo también tuve la necesidad de comprar un tanque de oxigeno y un nebulizador para estabilizarme”, comentó en entrevista con Excélsior.
Hace cinco turnos, Norberto regresó a al actividad policial y ese sábado al acudir a un sanitario encontró una cangurera con varios compartimentos, en uno ellos, piezas de lo que parecía ser un tanque de oxigeno y en otro cierre, medicamentos y 60 billetes de 500 pesos.
El tratamiento de su enfermedad le hizo deducir que se trataba de dinero para atender un paciente, por lo que no pensó en regresar la oportunidad de vida que él tuvo.
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“A veces me sofoco y no puedo respirar, tengo que estar trayendo en todo momento un tanquesito con salbutamol, para que me abra mis vías respiratorias y no sofocarme. Al ver las cajas de medicamento y las piezas del tanque de oxigeno, llegué a la deducción que ese dinero lo iban a ocupar para un tanque de oxigeno”, agregó este agente que tiene 12 años de servicio en la SSC.
Después de salir con la cangurera a la calle y esperar a que apareciera su dueño, solicitó vía radio apoyo a sus mandos, pues ubicó identificaciones y un papel con varios nombres y números telefónicos.
Finalmente, logró llamar a la esposa del hombre que había olvidado la mochila.
Tuvo que convencerla que era un agente de tránsito y así contactó al marido, quien le agradeció el devolverle el dinero, porque, efectivamente era para comprar un tanque de oxigeno que sería entregado en un parque que se encuentra en las inmediaciones de Luis Moya y Arcos de Belén, en la alcaldía Cuauhtémoc.
El dueño de la cangurera se trasladó desde Ecatepec, al llegar a ese cruce de Luis Moya y Arcos de Belén, le agradeció la acción a este agente de tránsito, con una abrazo.
Minutos después regresó al parque, para adquirir el tanque de oxígeno, pues el agente Norberto Sánchez también le había hecho el favor de llamar nuevamente al vendedor, quien ya lo esperaba.
Con información de Gerardo Jiménez
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