
Un perro en situación de abandono fue adoptado por policías de la PBI tras vivir seis meses en el CETRAM Universidad, donde ahora forma parte del equipo
Durante más de medio año, un perro mestizo de pelaje oscuro deambuló sin rumbo por el Centro de Transferencia Modal (CETRAM) Universidad, en la Ciudad de México. Sucio y en evidente situación de abandono, buscaba resguardo entre los usuarios del transporte público y el personal del lugar, sin que nadie respondiera a los llamados para adoptarlo. Sin embargo, su historia dio un giro inesperado gracias a la empatía de elementos de la Policía Bancaria e Industrial (PBI), adscritos a la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) capitalina.
Conmovidos por el estado del can, los oficiales comenzaron a brindarle cuidados básicos. Pronto se organizaron para alimentarlo de forma regular, asearlo y trasladarlo a un veterinario, donde recibió atención médica y su esquema completo de vacunación. Con el tiempo, el vínculo fue creciendo, y finalmente decidieron integrarlo a su equipo. Lo bautizaron como Solovino.
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Desde entonces, Solovino no solo ha dejado atrás la vida en la calle, sino que ahora acompaña a los policías durante sus recorridos en el CETRAM. Para muchos usuarios, ya es parte del paisaje cotidiano: lo acarician, lo saludan e incluso se toman fotografías con él.
“Solovino” se ha convertido en un símbolo de compañerismo y sensibilidad dentro de un entorno normalmente asociado con el ajetreo urbano. Su presencia recuerda que los animales también forman parte de la comunidad y que un pequeño acto de empatía puede transformar vidas.
La SSC y la PBI reafirmaron su postura en favor del respeto y la protección de los animales, en especial de aquellos que han sido víctimas del abandono o el maltrato. Con esta acción, sus elementos no solo protegen a la ciudadanía, sino que también demuestran su compromiso con el bienestar animal.
Solovino es ahora mucho más que un perro callejero: es parte del equipo, un emblema de resiliencia y un recordatorio viviente de que la solidaridad puede surgir en cualquier rincón de la ciudad.