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Primer burdel de muñecas sexuales agota sus fechas disponibles hasta enero de 2019

El objetivo de este espacio es ofrecer a los clientes una experiencia “lúdico-sexual totalmente nueva” con muñecas termoplásticas de apariencia muy realista

Apenas 24 horas después de haber sido inaugurado el primer burdel que ofrece sexo con muñecas de silicona, las fechas de reservación para visitar el lugar en la ciudad italiana de Turín se agotaron.

De acuerdo con Chris, uno de los responsables de este local, “La acogida ha sido muy buena, estamos completos hasta los últimos días de octubre y luego ya hay muchas reservas hechas hasta enero del próximo año, aunque seguimos teniendo huecos libres”.

La localización exacta del burdel no ha sido dada a conocer, sin embargo, los aficionados a este tipo de entretenimiento sexual pueden comunicarse vía correo electrónico con los encargados del lugar para agendar una cita con alguna muñeca.

Esta “casa de citas”, como se lee en su página web, ha sido abierta por la empresa catalana “Lumidolls”, que ya tiene establecimientos similares en Barcelona y en Moscú.

El objetivo de este espacio es ofrecer a los clientes una experiencia “lúdico-sexual totalmente nueva” con muñecas termoplásticas de apariencia muy realista.

En total son siete muñecas con aspecto de mujer y uno de hombre los que se pueden elegir a la hora de hacer la reserva, y todos llevan nombres como Leona, Syndy, Eva, Molly o Kate, mientras que el muñeco masculino es Alessandro.

El coste es de 80 euros para media hora, 100 euros la hora y 180 para dos horas.

El catálogo explica que sus dimensiones son reales, miden unos 160 centímetros, aunque las hay más bajas, su aspecto es realista, su esqueleto es de metal articulado, ligero para poder moverlo con libertad, y el material termoplástico resistente al agua.

Chris detalla además que “no son rígidas”, sino que su flexibilidad permite cambiarlas de posición a voluntad de los clientes, para que puedan así experimentar una sensación lo más cercana posible a la verosimilitud.

“La posición inicial en la que se encuentran las muñecas cuando entran en la habitación es la elegida por los clientes durante la reserva, luego ya pueden decidir moverla y cómo colocarla”, dice Chris.

Cuando el cliente selecciona en cada una de las muñecas, puede personalizar en cierta medida su aspecto, determinar el color del cabello y la ropa que va a llevar, que varía desde lencería hasta ropa deportiva, de estudiante o de directiva.

Para que la experiencia sea lo más real posible, algunas están dotadas de un sistema que simula los latidos del corazón, que aumentan a medida que se incrementa la actividad sexual, “sus pupilas se dilatan y su piel se sonroja”, mientras que otras gesticulan y muestran movimientos faciales, para que “su cara exprese placer”, cuenta el catálogo.

Todo el que acude al establecimiento debe aceptar un código ético y tratar bien a las muñecas sexuales, que reciben tras cada cita un tratamiento de limpieza e higiene.

Como servicio adicional, quienes hayan quedado satisfechos pueden comprar la muñeca desde la página web con un coste que oscila entre los 1.000 y los 2.000 dólares (entre los 865 y los 1.731 euros, al cambio actual).

La empresa LumiDolls tiene programada la apertura de otros burdeles en Toronto, Canadá.

 

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