
Más allá de una simple ola, el tsunami es uno de los fenómenos naturales más destructivos del planeta. Conoce su origen, fases y cómo actuar ante uno.
Cuando el mar parece calmo pero las profundidades se agitan, puede desatarse una de las fuerzas más destructivas de la naturaleza: el tsunami. Este fenómeno, capaz de transformar paisajes costeros en zonas de desastre en cuestión de minutos, se origina por alteraciones súbitas del fondo marino.
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De acuerdo con la Dirección General Adjunta de Oceanografía, Hidrografía y Meteorología de la Secretaría de Marina (SEMAR), un tsunami es una serie de olas de gran tamaño provocadas por eventos como terremotos submarinos, erupciones volcánicas o deslizamientos de tierra que desplazan enormes volúmenes de agua.
¿Qué es un tsunami?
A diferencia de las olas comunes generadas por el viento, un tsunami consiste en múltiples olas que pueden viajar a velocidades cercanas a los 800 kilómetros por hora en mar abierto. Su nombre proviene del japonés tsu (puerto) y nami (ola), reflejando su impacto devastador en zonas costeras.
Su energía no proviene de la superficie, sino de eventos sísmicos o geológicos que liberan una cantidad masiva de energía desde el fondo del océano.
Principales causas
La mayoría de los tsunamis están relacionados con terremotos de magnitud superior a 7 en la escala de Richter, cuando el fondo oceánico se desplaza bruscamente, generando una ola que se propaga a través del mar. Sin embargo, también pueden originarse por:
- Erupciones volcánicas (como la del Krakatoa en 1883)
- Desprendimientos submarinos de tierra
- Impactos de meteoritos (teorizados para eventos antiguos)
Tres fases del tsunami
- Generación: Se produce una alteración en el nivel del mar tras un evento geológico.
- Propagación: Las olas viajan a alta velocidad por mar abierto, casi imperceptibles a simple vista.
- Inundación: Al llegar a zonas costeras, la ola disminuye su velocidad pero incrementa su altura, arrasando todo a su paso.
¿Tsunami o maremoto?
Aunque suelen usarse como sinónimos, no significan lo mismo. El maremoto es el sismo submarino que origina el fenómeno; el tsunami son las olas que resultan de ese evento.
Impacto histórico
A lo largo del tiempo, los tsunamis han dejado huellas imborrables:
- 2004, Océano Índico: Un sismo de magnitud 9.1 dejó más de 230 mil víctimas fatales.
- 2011, Japón: El tsunami que siguió al terremoto de Tōhoku provocó miles de muertes y desencadenó la crisis nuclear de Fukushima.
¿Se pueden anticipar?
Actualmente no existe forma de predecir con exactitud un tsunami, pero centros especializados como el Pacific Tsunami Warning Center emiten alertas tempranas tras detectar actividad sísmica relevante.
Recomendaciones de protección
Quienes viven en zonas costeras deben considerar:
- Alejarse del mar inmediatamente tras un sismo fuerte o si se observa un retroceso inusual del agua.
- Buscar refugio en terrenos altos, al menos 30 metros sobre el nivel del mar.
- Seguir únicamente las indicaciones de autoridades oficiales.
Aunque no se pueden evitar, conocer cómo actúan los tsunamis permite estar preparados. En las regiones vulnerables, la educación y la prevención pueden marcar la diferencia entre la vida y la tragedia.
Con información de Excelsior