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¿Qué hay que hacer antes de que nos llegue la muerte? ¡Vivir con todo lo que tenemos!

En sí, no le tenemos miedo a la muerte porque no la conocemos, le tenemos miedo a la idea de lo que es la muerte, a cómo nos pueda llegar

Siempre presente y tan cercana a los seres humanos, definir a la muerte es mucho más complejo de lo que podríamos imaginar, ya que implica aspectos como los biológico, lo médico, lo legal, lo social y lo religioso; para lo que cada uno le brinda un significado diferente.

Para Gaby Pérez Islas, Maestra en Tanatología, conferencista motivacional y autora de varios libros, “la muerte es una transición, es nuestra última mudanza; cuando nuestra alma, la parte energética que somos, regresa a la fuente de donde salió, es como volver a una energía”.

Desde la perspectiva tanatológica, cumplimos un ciclo terrenal de aprendizaje y enseñanza, dejando de ser corporales.

¿Pero por qué a la mayoría de las personas les da tanto miedo la muerte? ¿Es miedo a lo desconocido o es una cuestión relacionada con el instinto de supervivencia?

Al respecto, Pérez Islas nos explica en entrevista que no es el miedo a lo desconocido, poniendo de ejemplo que Grecia puede ser un lugar que no conocemos y sin embargo, no nos genera miedo, sino que “aquí lo que tenemos es que manejamos un concepto; en sí, no le tenemos miedo a la muerte porque no la conocemos, le tenemos miedo a la idea de lo que es la muerte”.

“Entonces, todas las historias que hemos oído, todo se va sumando a que nos genere muchísima angustia. Más que la muerte, el cómo va a llegar; cuando llegará y cómo voy a morir, eso angustia muchísimo a todos los seres humanos”, explica la tanatóloga.

Ante dicho panorama, fue inevitable preguntarle si entonces deberíamos temerle más a la muerte física o a la muerte en vida, a lo que respondió que para ella como tanatóloga, “el peor desperdicio es que estés muerto en vida”.

Añadiendo que “siempre que vamos a un panteón hay una reja enorme, una barda que lo que quiere recordarte es que tú estás del otro lado, todavía no estás adentro. Así, que no te sientes a esperar a la muerte nada más, vive. Eso decía William Shakespeare. ¿Qué hay que hacer antes de morir? Vivir con todo lo que tenemos”.

De esta manera, llegar a la toma de conciencia sobre la muerte puede ser uno de los momentos críticos en la vida de las personas, ya sea por propia reflexión o porque nos enfrentamos a la muerte de un ser querido.

En este sentido, ¿qué podemos o debemos hacer quienes nos quedamos, para así transitar lo mejor posible por el duelo de una pérdida?

Ante dicho cuestionamiento, Gaby Pérez Islas responde enfáticamente que no es partidaria de las recetas de cocina, “pero sí te puedo decir que cuando has perdido un ser querido no hay duelos de microondas; esto toma un tiempo”.

Para explicar de mejor manera esto, la experta retoma la filosofía oriental en la que se indica que tienen que pasar por lo menos las cuatro estaciones del año y todas las festividades, “para que puedas decir que ya pasó la primera etapa. Me parece que dos años es un tiempo razonable para haber pasado el tsunami del primer año que devastó tu vida, y el segundo año comenzar la reconstrucción”.

Esto, sin perder de vista que la ausencia duele y que eso no se va a quitar en dos años, ni en tres ni en cinco; pero no podemos detener la vida propia. Entender que honrar la memoria es seguir con su legado, y decidir seguir adelante.

Así, cuando ya han pasado esos dos primeros años y con el paso del tiempo, las personas no logran cerrar el ciclo del duelo, o lo que Pérez Islas define como un duelo detenido, que bien pueden ser de diez a veinte años, “significa que ahí hay culpas y hubieras”.

“Culpas por lo que hice, y hubiera por lo que no hice, hay arrepentimientos. Entonces, eso es lo que tienes que trabajar; porqué te quedaste estacionado en unas emociones y no las transitaste como debía haber sido el proceso de duelo”.

“Yo ahí sí recomiendo que se visite a un tanatólogo; la terapia tanatológica es un periodo breve porque es un empujoncito cariñoso a que regreses a las vías de tu vida y de tu duelo”, refiere la autora de libros como Cómo curar un corazón roto, Elige no tener miedo, Viajar por la vida, La niña a la que se le vino el mundo encima y Convénceme de vivir, mismos que define como tanatólogos de buró.

Y en el complejo proceso de los duelos, por último le pedí una guía para poder procesar los duelos acumulados y que las personas puedan aprender a vivir con sus pérdidas: “Mira, es como si tú ahorita quisieras arreglar el clóset, sacas todo y lo pones sobre la cama; es un caos. Se recomienda ir cajoncito por cajoncito”.

Entonces, los duelos en cascada o acumulados que traigamos, no se pueden arreglar al mismo tiempo, por lo que debemos ir uno por uno, “empezando por el más inhabilitante, que menos te permite continuar con tu rutina y de ahí todos”.

Todos son importantes, y esto se puede hacer en terapia, en sesión tanatológica, con ejercicios de cierre como cartas y lecturas, siendo muy importante que cada uno de esos duelos, sea revisado.

Quienes estén interesados en una terapia tanatológica, pueden contactar a Gaby Pérez Islas a través de sus redes sociales: @gabytanatologa en Twitter y como gabytanatologa en Facebook.

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