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¿Quién no ha hecho una tarugada por amor?

¿Quién no ha hecho una tarugada por amor? Un estado que provoca que hasta la mente más brillante pierda el juicio  

Hoy celebramos por convicción o por consumismo al amor, ese sentimiento que no acaba de definirse a ciencia cierta pues depende del contexto, la ideología y hasta la geografía. Y es que, ¿realmente se puede racionalizar al amor? ¿Es algo que se piensa? ¿Son comportamientos ilógicos que ponen en tela de juicio nuestra inteligencia?

Es más, ¿qué es para ustedes el amor? Un sentimiento, un padecimiento o un periodo de narcosis provocado por los desórdenes químicos que se generan en nuestro organismo.

Y es que quién no ha hecho una tarugada por amor. Acciones que nos han avergonzado o de las que nos sentimos tremendamente orgullosos. Un estado que provoca que hasta la mente más brillante pierda el juicio y ponga en riesgo su destino o peor aún, el destino de otros cuando el amor o el enamoramiento llama a su puerta.

Podría ser un padecimiento si lo entendemos como un sentir físico que nos daña o modifica de lo que no es normal. Algo que nos agravia y causa pesar, ya sea mediante dolor físico o moral, una alteración de la salud que nos coloca en un estado de desventaja en cuerpo o espíritu.

Entonces, ¿el amor es un padecimiento? No lo sabemos. Lo que si sabemos es que durante el enamoramiento se reduce nuestra productividad y concentración. Los niveles de serotonina pueden disminuir en el cerebro a grados similares a los que padecen trastornos obsesivos compulsivos, esto nos lleva a tener pensamientos de control hacia la otra persona o periodos de ansiedad por no estar cerca del amor de nuestra vida. Y en personas violentas, la oxitocina puede provocar reacciones aun más agresivas ante la necesidad de que la otra persona responsa a nuestros deseos. 

En resumen, durante el enamoramiento sufrimos una mezcla bioquímica y psicológica que descontrola hormonas, neuronas y en general toda nuestra configuración, llevándonos por periodos pasionales incontrolables, obsesiones y hasta serenidad para formalizar una relación a largo plazo.

Incluso existen teorías que aseguran que el amor nos hace perder el control a un grado en el que somos incapaces de procesar información. Un estado que puede ser peligroso sobre todo en etapas como la adolescencia donde se ven las situaciones como un todo o nada, y que lleva a los tórtolos a no medir las consecuencias de sus actos al querer agradar al ser amado.

Entonces, ¿se puede pensar enamorado? Depende de cada quien. Por lo pronto, a seguirnos sorprendiendo de las capacidades del ser humano, pues bien vale la pena  perder el control por una persona al menos una vez. Y tú, ¿qué has sido capaz de hacer por amor?


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