Senadores de glúteos prestos.

Los enredos de Santiago Nieto, de Emili Lozoya y de los senadores de la República. 

 

Quiero empezar esta columna aclarando de forma categórica que, considero a Emilio Lozoya un tipo soberbio y un ex funcionario público mediocre, que en pos de no violentar el debido proceso, no puedo señalar de corrupto, pero que su participación en las presuntas colaboraciones económicas en la campaña del PRI en el 2012 por Odebrecht me parecen probables. Que quede claro que no señalo, pero si sospecho que, el señor Lozoya tiene una cola larga. De tal forma que no comprendo la falta de conocimientos de nuestros legisladores al respecto del nuevo sistema penal acusatorio que ellos mismos aprobaron.

La nueva farsa legislativa del Senado de la República, ha terminado como deben de terminar todas las comedias, en el ridículo absoluto del protagonista. Lo malo de esta “divertida” historia es que el protagonista, es nuestra cámara alta.

Nuestros egregios legisladores, esos próceres que cargan a la patria en sus firmes y rectos hombros, esos imperturbables mujeres y hombres patrióticos, por andar de “glúteos veloces”, diría mi querido compañero de este diario Ángel Verdugo, acabaron de nueva cuenta dándose la exhibida de su vida.

En un principio los preocupados héroes, estaban trabajando por restituir en su puesto a Santiago Nieto, ex fiscal de delitos electorales. Nunca tuvieron en mente la discusión jurídica, por la cual, las filtraciones o declaraciones de Nieto a un periódico de circulación nacional podían perjudicar la causa en contra de Lozoya, al grado de excluirlo de responsabilidad penal, aunque fuese culpable. Le recuerdo a los lectores, el ejemplo más sencillo y más sonado de este tipo de pifias, es el caso de Florence Cassez, quien fue liberada por la Suprema Corte, sin entrar al fondo del caso, es decir, analizar si es culpable o no, por violaciones al debido proceso, mismas que consistían en hacerla culpable ante toda la opinión pública, sin recibir la sentencia de un juez, por una recreación de la Policía Federal para la televisión.

El caso de Nieto tiene parecidas aristas, el ahora ex fiscal, declaró a un periódico que, Lozoya lo amenazaba, con el fin de que dejara la investigación, lo que claramente hace parecer al indiciado como culpable. Los senadores, lejos de entender esta discusión como jurídica, burros como son y cómo quedaron exhibidos, lo llevaron al plano de la política. Dieron trámite a una carta, enviada por el mismo fiscal, en la cual pedía, ser restituido en el puesto por vicios en su destitución por parte del encargado del despacho de la PGR, Alberto Elías. En ningún momento pusieron sobre la mesa si Nieto, vulneró o no el debido proceso, nunca se fueron al análisis de sus declaraciones ante medios de comunicación para saber si era procedente o no la decisión, ni si quiera pudieron ponerse de acuerdo para que compareciera. La sesuda discusión se centró en cómo iban a votar para tomar la determinación de cesarlo o restituirlo. El centro fue si debían de votar de forma secreta o abierta. No habían si quiera escuchado los argumentos en favor y en contra y ya tenían decidido el sentido de su voto. Estas ovejas legislativas, balaron como es su costumbre, lo que sus líderes les dictaron.

Se presentaron ante propios y extraños defendiendo con fervor y pasión una causa que desconocían, y lo digo de uno y otro bando, de los que estaban en favor de que Nieto siguiera y quienes pedían su salida. Hicieron el ridículo más sabroso de la historia. Por que simplemente el viernes Nieto, les dijo que siempre no. Que mejor se defendía por que su abuelita estaba enferma y la mentira que te conté.

Exhibidos como quedaron me encantaría escuchar de ellos una disculpa pública por distraer la atención del país en esta supina jalada y mentirle descaradamente a la gente sobre un tema en el que son párvulos.

Hoy no hay Procurador General de la República, no hay Fiscal Anticorrupción y entrando en la que será sin duda la elección más compleja de nuestra historia, no hay tampoco Fiscal de delitos Electorales. Espero que recuerden, que ellos han gestado el desmadre en materia de impartición de justicia, han politizado el tema y como siempre, hoy escurren el hombro y se dicen muy consternados. Poquita, aunque sea unos gramos de progenitora senadores. Dirían en Sonora: “está bien ser cochis, pero no tan trompudos”.

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