
A casi un mes del asesinato de un estudiante, el CCH Sur sigue sin clases presenciales y la comunidad universitaria enfrenta temor, tristeza y desánimo
El entusiasmo con el que los alumnos del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Sur comenzaron el semestre se desvaneció en apenas unas semanas. Tras el homicidio de un estudiante dentro del plantel, ocurrido el 22 de septiembre, las puertas del recinto permanecen cerradas y el regreso a las aulas sigue siendo incierto.
“Fue un ambiente muy bonito, hice amigos desde el primer día, sentía felicidad extrema porque era la escuela de mis sueños”, recuerda una alumna de primer ingreso. Su entusiasmo terminó de forma abrupta el día del crimen. “Me fui con mis amigos al metro y, de pronto, una compañera me llamó muy asustada. Me dijo que había escuchado gritos por el estacionamiento y que estaban evacuando la escuela. Después vi pasar patrullas y una unidad forense… fue impactante. Todo se detuvo de repente”, relata.
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Desde entonces, la vida universitaria para cientos de jóvenes se transformó en un periodo de miedo, tristeza y desconcierto. “Es muy triste porque no podemos convivir ni disfrutar ese entorno por el que tanto nos esforzamos para entrar”, agrega la estudiante.
Clases suspendidas y desánimo generalizado
La suspensión de actividades presenciales no solo alteró la rutina académica, también afectó el estado emocional de la comunidad. “Otra vez nos sacaron de las aulas. Se siente como en pandemia”, cuenta una alumna de quinto semestre. “Algunos maestros mandan tareas, otros dan clases en línea y otros no hacen nada. Cada quien decide, y eso genera mucha frustración, porque no estamos avanzando como deberíamos”.
De acuerdo con testimonios recabados por Excélsior, la falta de coordinación y comunicación entre profesores y autoridades ha intensificado el desgaste emocional de los alumnos. “Hay profesores que nos dieron tiempo para procesar lo ocurrido, pero otros siguieron como si nada. Eso también duele”, comenta otra joven.
Tras varias semanas sin certeza sobre el retorno presencial, la dirección del plantel emitió un comunicado instruyendo a los docentes a continuar las clases en línea mientras se refuerzan las medidas de seguridad y se brinda apoyo psicoemocional al alumnado.
El documento pide al profesorado identificar y canalizar a quienes requieran acompañamiento emocional, además de confirmar que el regreso a las aulas dependerá de los avances en dichas acciones.
Un inicio universitario interrumpido
Para quienes recién ingresaron al CCH Sur, la experiencia universitaria se ha visto marcada por la violencia y la incertidumbre. “Sabía que en la UNAM hay paros, pero no pensé que sería tan pronto. Es muy feo darte cuenta de que los alumnos nos cuidamos entre nosotros, pero los directivos no cuidan a nadie”, lamenta una estudiante de primer semestre.
Aun en medio de la desorganización, muchos jóvenes intentan mantener la esperanza y el contacto entre compañeros. “Nos seguimos acompañando por redes, dándonos ánimo. Esto es un bache, podemos volver, pero con cuidado y siempre en grupo”, concluye otra alumna.
El CCH Sur, que en agosto había recibido con entusiasmo a una nueva generación, vive ahora uno de los momentos más difíciles de su historia reciente. Entre la exigencia de justicia y la búsqueda de condiciones seguras, el regreso a clases aún no tiene fecha, mientras el ánimo de su comunidad permanece suspendido.