
Supervivientes en áreas remotas de Afganistán siguen sin recibir ayuda tras un terremoto que dejó más de 1,400 muertos y miles de heridos
Tres días después del devastador terremoto que sacudió el este de Afganistán, cientos de habitantes de regiones aisladas continúan esperando asistencia. La tragedia, que dejó más de 1,400 personas muertas y miles de heridos, ha generado alarma entre autoridades y organizaciones humanitarias.
“Nuestro pueblo se vino abajo, no queda ni una casa en pie”, dijo Omarkhan Omari, residente de 56 años de la provincia de Nangarhar, donde las estructuras fueron severamente dañadas. El sismo, de magnitud 6, ocurrió poco después de la medianoche del domingo, afectando principalmente la provincia montañosa de Kunar, así como Nangarhar y Laghman, cerca de la frontera con Pakistán.
El martes, la región sufrió nuevas réplicas que aumentaron el pánico y las dificultades de la población para moverse entre aldeas aisladas. Los deslizamientos de tierra complican la llegada de ayuda, y equipos de organizaciones como Save The Children han debido recorrer hasta 20 kilómetros a pie para entregar suministros médicos esenciales.
Malik Chahwaiz, de 55 años, relató que muchas familias duermen al aire libre por temor a que los techos de sus casas colapsen. “No dejamos que nuestros hijos entren en las casas, todas tiemblan, están agrietadas y hay techos que se derrumban”, señaló.
Las organizaciones humanitarias alertan que los servicios públicos ya se encuentran al límite y enfrentan una carrera contrarreloj para asistir a la población afectada. “Los servicios públicos ya están al límite”, declaró Srikanta Misra, director nacional de ActionAid en Afganistán.
Hasta el momento, las autoridades talibanas no han presentado un plan concreto de asistencia o de reconstrucción a largo plazo. La ONU ya liberó cinco millones de dólares de su fondo mundial de intervención de emergencia para responder a las necesidades más urgentes. La Organización Mundial de la Salud también ha incrementado su despliegue en el terreno, solicitando cuatro millones de dólares adicionales para ampliar la atención sanitaria y la distribución de ayuda.
Este evento recuerda el terremoto de 2023 en la región de Herat, cuando más de mil 500 personas perdieron la vida y decenas de miles de viviendas resultaron destruidas. La combinación de la geografía montañosa, la pobreza extrema y la falta de infraestructura segura mantiene a Afganistán en situación de alta vulnerabilidad frente a desastres naturales.