
Los nuevos gravámenes, que excluyen algunos productos del T-MEC, entrarán en vigor este viernes y afectarán a decenas de países.
El expresidente Donald Trump aplaudió la implementación de nuevos aranceles comerciales que comenzarán a aplicarse este viernes, asegurando que esta medida contribuirá a “hacer a Estados Unidos grande y rico de nuevo”. Mientras tanto, varios países corren contrarreloj para cerrar acuerdos que les permitan evitar estas tarifas.
La fecha del 1 de agosto marcará la entrada en vigor de una oleada de impuestos aduaneros que irán más allá del arancel base del 10% aplicado desde abril. Algunos sectores, como el del acero, aluminio y automóviles, ya enfrentan tarifas de hasta 50% y 25%, respectivamente. Sin embargo, los productos amparados por el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) están exentos de estas medidas. También se aplicarán gravámenes del 50% a ciertos bienes elaborados con cobre, aunque no a las importaciones de cobre en bruto, lo que beneficia a países como Chile.
Trump ya había aplazado estos aumentos en abril por 90 días, extendiendo el plazo hasta principios de julio y posteriormente hasta agosto para facilitar las negociaciones comerciales. No obstante, el exmandatario advirtió esta semana que no habrá más prórrogas.
A partir de la medianoche del viernes, productos provenientes de cerca de 80 países —incluidos los 27 miembros de la Unión Europea— enfrentarán aranceles de entre 11% y 50%, dependiendo de su país de origen. Algunos gobiernos como los de Japón, Corea del Sur, Reino Unido, Vietnam, Indonesia y Filipinas lograron pactar condiciones más favorables con la administración estadounidense, reduciendo el impacto de los aranceles.
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Pese a esto, la Casa Blanca ha cerrado apenas siete acuerdos, la mayoría aún en fase preliminar, muy por debajo de las “decenas” que se esperaban al inicio del proceso. En casos como el de Brasil, las negociaciones se han estancado, y el país sudamericano será uno de los más afectados por los nuevos gravámenes, que llegarán al 50% a partir del 6 de agosto. Algunos productos brasileños —como el jugo de naranja, fertilizantes, aeronaves y ciertos metales— estarán exentos.
En cuanto a México, aún no se ha definido si se aplicará el arancel del 30% con el que Trump ha amenazado al país por supuestamente no combatir de forma efectiva el tráfico de fentanilo, una sustancia vinculada a la crisis de opioides en Estados Unidos.
Economistas han expresado preocupación por el efecto que estas medidas tendrán en la economía estadounidense. El Laboratorio de Presupuestos de Yale reportó que, hasta el 30 de julio, el arancel promedio superaba el 18%, el nivel más alto desde 1933. Se espera que esta cifra siga en aumento.
Samuel Tombs, de Pantheon Macroeconomics, anticipa que el crecimiento económico de EE.UU. podría caer por debajo del 1% anualizado en la segunda mitad del año. Por su parte, el profesor Jason Furman, de Harvard, estima que la inflación podría elevarse hasta el 3%, mientras que Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, advirtió que los aranceles incrementarán los precios de ciertos bienes.