
La NASA confirmó el hallazgo de 3I/ATLAS, un cometa interestelar que atraviesa el sistema solar a gran velocidad, sin riesgo de colisión con nuestro planeta
El hallazgo de un cometa interestelar que cruza el sistema solar ha captado la atención de la comunidad astronómica internacional. La NASA anunció que 3I/ATLAS, identificado a inicios de julio con el telescopio ATLAS en Chile, se desplaza a una velocidad de 59 kilómetros por segundo, confirmando que se trata de un visitante procedente de fuera de nuestro sistema.
Este cometa se convierte en el tercer objeto interestelar registrado por la humanidad y representa una oportunidad invaluable para estudiar materiales que han viajado por el espacio durante eones. Actualmente se localiza a 670 millones de kilómetros del Sol, en las cercanías de la órbita de Júpiter, y se espera que en octubre realice su paso más cercano al Sol, desplazándose entre las órbitas de Marte y la Tierra, aunque se mantendrá más próximo al planeta rojo.
La NASA ha señalado que no existe riesgo de impacto con la Tierra, ya que su aproximación será de aproximadamente 240 millones de kilómetros, una distancia segura que permitirá a los astrónomos observar su paso sin preocupaciones. “Estos objetos tardan millones de años en cruzar de un sistema estelar a otro. Es probable que este cometa haya estado viajando por el espacio durante cientos o incluso miles de millones de años, no sabemos con certeza de qué estrella proviene, y por eso no podemos rastrear su origen exacto”, explicó Paul Chodas, director del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA.
Te puede interesar: Un exoplaneta gigante en estrella enana desconcierta a la ciencia
Desde su descubrimiento, el cometa ha sido observado más de un centenar de veces, revelando una brillante cola y una coma, una nube de gas y polvo que rodea su núcleo helado. Según Chodas, el brillo registrado indica que podría ser más grande que los objetos interestelares anteriores, alcanzando un diámetro de varias decenas de kilómetros.
3I/ATLAS se suma a ‘Oumuamua, hallado en 2017 en Hawái, y a 2I/Borisov, descubierto en 2019 en Crimea, como parte de la lista de visitantes estelares que han cruzado nuestro sistema en los últimos años. Lo que hace único a 3I/ATLAS es su posible origen en una zona cercana al centro de la Vía Láctea, lo que despierta mayor interés entre la comunidad científica, ya que se desconocen aún su estrella de procedencia y las condiciones que lo impulsaron a este largo viaje.
Los astrónomos continuarán realizando observaciones detalladas mientras sea visible por telescopios, al menos hasta septiembre, cuando su proximidad al Sol lo ocultará temporalmente. Se espera que pueda ser observado nuevamente en diciembre, tras su paso por el otro lado de nuestra estrella. “Francamente, desde hace décadas hemos estado esperando ver objetos interestelares, y finalmente los estamos viendo; se trata de un visitante natural de otro sistema estelar, y aunque algunos se emocionen pensando en naves extraterrestres, esto no es artificial. Pero eso no le resta emoción ni relevancia científica”, concluyó Chodas.
Este hallazgo refuerza la relevancia de la vigilancia astronómica constante y la importancia de la colaboración internacional para estudiar fenómenos que permiten conocer mejor el origen de los cuerpos celestes y la historia de nuestra galaxia.