Una familia lista para reunirse en Londres, víctimas del accidente del vuelo AI171
Ahmedabad, India.– Lo que prometía ser el inicio de una nueva etapa para la familia Joshi-Vyas terminó en tragedia. Minutos después del despegue del vuelo AI171 de Air India con destino a Londres, la aeronave se desplomó sobre una zona residencial. Las 253 personas a bordo murieron, entre ellas Pratik Joshi, su esposa Komi Vyas y sus tres hijos pequeños.
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Una última fotografía como símbolo de esperanza
Antes de que el Boeing 787-8 Dreamliner abandonara suelo indio, Pratik —ingeniero en software— capturó un instante de felicidad. La selfie tomada dentro del avión mostraba a la familia completa, sonriendo, lista para dejar atrás la distancia. Habían esperado seis años para ese momento. En el mensaje enviado con la imagen decía simplemente: “Next stop: home”.
Una historia de esfuerzo y espera
Durante años, Pratik trabajó en Reino Unido con la meta de llevar consigo a su esposa, médica general en Udaipur, y a sus hijos: Miraya, de ocho años, y los gemelos de cinco, Nakul y Pradyut. Tras trámites complejos y una solicitud de visa rechazada, finalmente obtuvieron la aprobación. Komi renunció al hospital, retiró a los niños de la escuela y se despidieron de su comunidad con la esperanza de reunirse para siempre con Pratik.
El vuelo que nunca llegó
El vuelo despegó a las 07:45 de la mañana, pero seis minutos después desapareció del radar. Según la Autoridad de Aviación Civil de India, una falla severa en el motor izquierdo —fabricado por Rolls-Royce— provocó una pérdida abrupta de altitud. El avión impactó contra un edificio que funcionaba como albergue médico. El incendio fue inmediato. No hubo sobrevivientes entre la tripulación y pasajeros, salvo un técnico de aviación fuera de servicio que permanece en estado crítico.
El siniestro también cobró la vida de ocho personas en tierra. La identificación de víctimas se realiza mediante pruebas de ADN, debido al estado de los cuerpos tras el fuego.
Reacciones y conmoción internacional
La imagen de la familia Joshi-Vyas ha dado la vuelta al mundo. Compañeros de trabajo en Londres recuerdan a Pratik como un hombre reservado, dedicado a su familia. “Soñaba con ese día, lo hablaba todo el tiempo”, comentó Amit Patel, colega suyo. En India, colegas y vecinos de Komi Vyas organizaron vigilias y homenajes espontáneos. “Era una doctora excepcional, querida por todos”, dijo su excompañera Anjali Mehta.
Investigación en curso y debate por la seguridad aérea
El accidente ha encendido las alarmas sobre la seguridad operativa de Air India. Aunque la aerolínea, ahora parte del grupo Tata, inició una renovación de flota en 2022, reportes previos indicaban vibraciones anómalas en el motor izquierdo del avión siniestrado. La Dirección General de Aviación Civil continúa revisando las cajas negras, mientras que el fabricante del motor también colabora en la indagatoria.
Air India ha anunciado la cobertura de gastos funerarios y la creación de un fondo de apoyo para las familias, sin detallar aún los lineamientos ni montos.
Un caso que toca fibras sensibles
La tragedia también ha resaltado los desafíos migratorios. Al menos 37 familias a bordo del vuelo estaban en proceso de reunificación. Datos oficiales indican que más de 15 mil visas de este tipo fueron otorgadas a ciudadanos indios en 2024, un 11.7% más que el año anterior. Organizaciones civiles exigen mayor control en la seguridad de vuelos operados en rutas con alta carga migratoria.
El eco de una historia inconclusa
En redes sociales, la imagen de la selfie familiar sigue multiplicándose, acompañada de mensajes de duelo y frases como: “Ojalá esa foto no fuera la última”. Lo que debía ser un comienzo se convirtió en final abrupto. Un asiento asignado, una despedida, un sueño cumplido por apenas minutos.
Y una lección que resuena más allá del accidente: la vida es frágil. Y no siempre hay una segunda oportunidad para empezar de nuevo.
Con información de Excelsior
