La corrupción es sistémica y no se trata de sólo una figura responsable, sino de un sistema que involucra a mucha gente
El pasado viernes tuve la oportunidad de participar como organizador y ponente en el Foro Nacional Anticorrupción. Este evento se llevó a cabo en Aguascalientes y contó con la presencia de más de 700 personas, entre universitarios, académicos, empresarios y figuras públicas, como Francisco Zea y Esteban Arce, además de otros invitados. De este evento surgió la iniciativa ciudadana #YoNoSoyCorrupto para convertir a Aguascalientes en la primera ciudad libre de corrupción y que se logre extender a todo el país.
Era necesario promover una iniciativa de este tipo por la situación en la que se encuentra el país. La semana anterior se dio a conocer el Índice de Percepción de Corrupción
—elaborado por Transparencia Internacional—, y los resultados para México no son buenos. Nuestro país descendió tres lugares en el índice, colocándose en el lugar 138 de 180 de la lista de naciones que son percibidas como más corruptas. En América Latina, sólo nos encontramos por encima de Guatemala, Nicaragua, Haití y Venezuela, países que viven un grave problema de gobernabilidad. Además, de acuerdo con cifras de la ENCIG (Inegi, 2017), nueve de cada diez personas (91.1%) consideran que los actos de corrupción son frecuentes o muy frecuentes en el país.
De este evento se desprendieron tres conclusiones importantes. Primero, la corrupción es sistémica. No se trata de que sólo una figura es la responsable de toda la corrupción, sino de un sistema que involucra a mucha gente. Para combatir de manera eficiente la corrupción es necesario desmantelar toda la red de personas que participa en este tipo de actos. Segundo, la corrupción no es cultural. Es una mentira que la corrupción esté en nuestro ADN, no todos participan en actos corruptos y somos más los que estamos en contra de ella. Tercero, existe la dificultad de que el gobierno, por sí solo, acabe con la corrupción, se necesita contar con una sociedad activa y participativa para lograr un cambio en el país.
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Este fue un gran evento que permitió la participación interactiva de los asistentes, incluso de los niños, quienes a través de sus dibujos pudieron expresar su opinión de la corrupción y la forma de rechazarla. De todos los participantes me quedo con su entusiasmo, con el gran ánimo por hacer las cosas de una manera distinta, con el compromiso de colaborar con el movimiento para sumar más gente y con la expectativa de que esto realmente va a cambiar, porque la corrupción es uno de los grandes problemas del país al que es necesario hacerle frente. En mi desempeño profesional he comprobado que una sociedad cuando es más corrupta es más pobre, pues la corrupción incrementa la violencia, la desigualdad y el mal desempeño económico.
La iniciativa #YoNoSoyCorrupto impulsará otras acciones, como los mecanismos de denuncia digital. Ya que la tecnología puede ayudar a combatir la corrupción, para ello se creará una plataforma tecnológica que permita la denuncia en tiempo real de cualquier acto de corrupción. También se impulsarán mecanismos de transparencia para que los ciudadanos vigilen y evalúen el actuar responsable de los gobiernos, además de presionar por modificaciones legislativas que permitan elevar a delito grave la corrupción para que se castigue a quien cometa actos de este tipo.
El esfuerzo y el trabajo son nuestro punto de inicio para hacer una transformación radical de la sociedad en Aguascalientes. Hace falta mucho para acabar con la corrupción, pero estoy seguro de que una sociedad comprometida y organizada puede detonar un gran cambio.
Por Arturo Ávila
DATA.
La revista Campaigns & Elections, que dice ser la más importante de América Latina y sólo cuenta con 25 mil seguidores, lanzó una campaña de desprestigio contra esta iniciativa, editando un video de hace dos años y convirtiéndolo en un spot político, esto, justo un día antes de que el Foro Anticorrupción se llevara a cabo… ¿casualidad?
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