Los asesinatos de Sharon Tate y otras seis personas aterrorizaron a Hollywood, sacudiendo el idílico sueño de amor y paz que había predominado en esa década
Un día como hoy pero de 1969, Charles Manson y su secta, denominada La Familia, inició una escalada criminal que conmocionó a Estados Unidos con el salvaje asesinato de la actriz Sharon Tate.
A Sharon Tate de 26 años y esposa del director Roman Polanski le faltaban dos semanas para dar a luz, cuando la noche del 9 de agosto de 1969 celebraba una reunión para tres amigos y cuatro integrantes de una secta denominada ‘la Familia’, ingresaron armados con sogas, cuchillos y alicates a su casa de Beverly Hills, como si entrasen a un matadero y no a la residencia de una famosa actriz de Hollywood.
Treinta minutos después, todos los invitados a la reunión estaban muertos, y a la policía le tomó varias semanas dar con los responsables de la matanza que estremeció no solo a Estados Unidos, dejando una huella indeleble al paso de los años.
Los asesinatos aterrorizaron a Hollywood y coparon los titulares de todo el mundo, sacudiendo el idílico sueño de amor y paz que había predominado en la década de 1960.
Los reportes indican que cuando los agentes de la policía llegaron al la escena del crimen, encontraron una postal grotesca en la que el piso era un mar de sangre y Tate, con su avanzado embarazo, estaba casi desnuda y amarrada con un nylon blanco por el cuello al estilista Jay Sebring, que también fue apuñalado y recibió múltiples disparos.
Además, uno de los senos de Tate había sido rebanado y en el vientre le marcaron una gran ‘X’. Mientras que el resto de las víctimas fueron apuñaladas eran el guionista Voytek Frykowski, la heredera de una firma de café Abigail Folger, y Steve Parent de 18 años, que fue una víctima circunstancial pues solo visitaba al cuidador de la propiedad.
Así, una denuncia anónima por una indiscreción de una de las integrantes de “la familia” fue lo que permitió la captura de Tex Watson, Susan Atkins, Patricia Krenwinkel, Leslie Van Houten y Charles Manson, un músico de baja estatura y pinta de Jesucristo, pero la mente detrás de esa sangrienta masacre.
Manson fue retratado en su juicio como un joven solitario, loco por las drogas y con fascinantes poderes de persuasión que se creía la reencarnación de Jesucristo y del demonio, y que los Beatles eran unos ángeles negros que le mandaban mensajes encriptados a través de sus canciones, ordenó a sus devotos llevar a cabo asesinatos en barrios blancos ricos con el objetivo de desencadenar una guerra racial “apocalíptica”.
Pero además de Tate y sus invitados, los esposos Leno y Rosemary LaBianca también fueron brutalmente ultimados solo un día después, en otra zona de Los Ángeles; lo que provocó la histeria en la sociedad estadounidense, al grado que en los días posteriores, al menos 200 armas fueron vendidas en Beverly Hills y las peticiones para cambiar las cerraduras de casa llevaban semanas porque los cerrajeros no se daban a basto.
Manson murió en una cárcel de California en 2017, y aunque parezca increíble, terminó siendo considerado un icono de la cultura popular estadounidense, como Bonnie y Clyde o Al Capone. Replicando su siniestra figura lo mismo en afiches que en prendas de vestir.
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