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A 500 años de la “Noche Triste”, así recordaron en Iztapalapa a Cuitláhuac

De la “Noche Triste” se recuerda sobre todo el nombre de Hernán Cortés, pero poco se habla del artífice de la victoria mexica: Cuitláhuac, el último tlatoani

Al conmemorar los 500 años de la “Noche Triste” o Noche Victoriosa, en que Cuitláhuac triunfó sobre Hernán Cortés, la alcaldesa Clara Brugada Molina demandó que el guerrero mexica y señor de Iztapalapa sea reivindicado en la historia y que los gobiernos de la Ciudad y de México celebren este hecho cada 30 de junio.

Además, sembró un bisnieto, tercera generación, del ahuehuete original en el que los españoles lamentaron su derrota en Popotla, que será “un recordatorio permanente de la victoria de nuestros antepasados” y de que “nunca nos hemos dado por vencidos”.

El homenaje a Cuitláhuac, señor de Iztapalapa, se realizó en la explanada de la alcaldía y en el Jardín Cuitláhuac,  donde la alcaldesa estuvo acompañada presencialmente por los secretarios de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes y de Cultura de la Ciudad de México, Larisa Ortiz Quintero y José Alfonso Suárez del Real y Aguilera, respectivamente.

Así como vía remota por el secretario de Turismo, Carlos Mackinlay Grohmann, y por investigadores universitarios y cronistas especializados en la historia de Cuitláhuac.

Brugada Molina hizo un llamado a que sea recuperada la trayectoria de Cuitláhuac y sea revalorada su trascendencia en la historia de México, pues hasta en ello ha existido discriminación y lo que se requiere es resaltar el México profundo, el de los pueblos indígenas.

“Hoy, que se cumplen 500 años de la victoria de los mexicas y no lo olvidemos, de los iztapalapenses, y sus aliados comandados por el tlahtoani Cuitlahuatzin, sobre los invasores dirigidos por Hernán Cortés, nos reunimos aquí para convocar a  aquellos abuelos victoriosos”, enfatizó la alcaldesa.

Y agregó que hace medio milenio “Cuitlahuatzin entonces, fue la guía de un pueblo decidido a defender su derecho a existir con dignidad, a no someterse a la esclavitud y al despojo. No lo vencieron las armas, sino una epidemia contra la que no había forma de luchar y sin embargo, ha sido objeto del olvido y de la colonización de nuestra historia y de nuestras conciencias”.

Respecto del árbol plantado en el Jardín Cuitláhuac, la funcionaria indicó que es un bisnieto del árbol generoso, del ahuehuete de Popotla, que sirvió de consuelo a los derrotados de la “Noche Triste”, y estableció que este joven árbol será un recordatorio para las próximas generaciones “de que nunca nos hemos dado por vencidos, ni siquiera en los tiempos más difíciles, ni siquiera en los momentos de mayor oscuridad”.

Previo a la intervención de la alcaldesa, el secretario de Cultura, José Alfonso Suárez del Real, resaltó el valor del señor de Iztapalapa hace 500 años hiciera frente a hombres de carne y hueso y animales (caballos) sin temerles ni ver en ellos a un ser sobrenatural y reconoció el trabajo de la alcaldesa para para recuperar la historia de Cuitláhuac.

IPR

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