A las tortugas les apetecen los plásticos impregnados de alimentos y agua del océano, si esto continúa a mediados de este siglo habrá más plástico que peces
El plástico en los océanos representa un peligro para las tortugas ya que quedan capturadas por éste o bien ellas lo confunden con su alimento y lo ingieren.
Antes se creía que los reptiles se alimentaban de los restos porque visualmente se parecían a sus presas, pero un artículo publicado en Current Biology desmiente esta teoría y demuestra que es su sentido del olfato el que los guía hacia los desechos.
Descubrimos que las tortugas bobas responden a los olores de los plásticos incrustados de materia orgánica de la misma manera que responden a los olores de lo alimento, lo que sugiere que las tortugas pueden ser atraídas a los desechos plásticos no solo por su aspecto, sino por su olor
Joseph Pfaller, investigador de la Universidad de Florida y autor del estudio.
Esto sucede por la bioincrustración, es decir, cuando algas, microbios y plantas se adhieren a los plásticos flotantes.
El olor final de este fenómeno se asemeja al pescado por lo que cuando las tortugas marinas sacan su cabeza del océano para encontrar comida lo perciben y les atrae.
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