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Paciente equivoca tratamiento gracias a la mala caligrafía de su doctor

Los errores en las recetas son comunes, pudiendo causar desde intoxicaciones leves hasta la muerte de los pacientes

Una paciente en Escocia terminó untándose en los ojos una crema para la disfunción eréctil, luego de que el farmacéutico no supiera leer correctamente la ilegible letra que el doctor plasmó en la receta.

De acuerdo con el reporte de medios locales, la mujer originaria de Glasgow, la ciudad más grande de Escocia, acudió al médico luego de que sentía molestias en sus ojos.

El médico le recetó un lubricante llamado VitA-POS, que se usa para tratar la sequedad y erosión corneal. o obstante, el farmacéutico no logró decifrar la caligrafía de la receta y le entregó  Vitaros, una crema para la disfunción eréctil.

Después de aplicárselo, la mujer sufrió dolor en el ojo, visión borrosa, rojez e inflamación en el párpado, por lo que tuvo que acudir a urgencias.

Afortunadamente las lesiones en sus ojos, aunque severas, pudieron ser tratadas con antibióticos tópicos, esteroides y lubricantes, que provocó que en pocos días la mujer sanara por completo.

Luego de darse a conocer el caso, el informe de BMJ Case Reports hizo un llamamiento a que los médicos escriban las recetas con letras mayúsculas para evitar errores como este.

“Los errores en las recetas son comunes y los medicamentos que tienen nombres y cajas parecidas aumentan el riesgo”, afirmó la autora del informe, Magdalena Edington, doctora del Instituto de Oftalmología de Tennent, en Glasgow.

Asimismo, el informe recomienda que los nombres de medicamentos se escriban con letras mayúsculas y usando todos sus elementos, hasta los guiones.

En Estados Unidos, en 1995, un paciente consumió Plendil, un medicamento para la presión alta, en vez de Isordil, uno para el dolor de pecho; lo que provocó su muerte.

En Reino Unido, la mayoría de recetas se escriben en la computadora y se imprimen o, incluso, se envía una versión digital directamente a la farmacia que elija el paciente. Sin embargo, aún hay médicos que las hacen a mano.

Según un estudio hecho por varias universidades del país y dado a conocer el año pasado, hospitales, farmacéuticos, médicos generales y residencias en Reino Unido podrían estar cometiendo un total de 237 millones de errores en recetas cada año.

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