Resplandece de nuevo “El Caballito” de Manuel Tolsá

Resplandece de nuevo “El Caballito” de Manuel Tolsá
Resplandece de nuevo “El Caballito” de Manuel Tolsá

Un emblema de nuestra ciudad, muestra de historia y patrimonio cultural de la nación… ¿Hay alguien que no conozca la escultura de “El Caballito”?

En cualquiera de los dos casos, si es que la conoces o no, debes saber que esta increíble escultura será develada nuevamente en la plaza bautizada con el nombre de su autor, Manuel Tolsá, frente al Museo Nacional de Arte y el Palacio de Minería, en el Centro Histórico, después de más de un año de trabajos de restauración.

La noticia es muy bien recibida, pues aparte de tener una historia exquisita, por fin se han logrado restaurar los daños que le provocaron años atrás, les cuento cómo fue…

El maltrato a la escultura se registró en el 2013 cuando la restauración fuera asignada a un equipo de trabajadores del Fideicomiso del Centro Histórico del Gobierno del Distrito Federal.

Marina Restauración de Monumentos, propiedad de Javier Marina, comenzó el trabajo de restauración, sin embargo, los trabajadores utilizaron ácidos para limpiarla y resultó en una afectación irreversible, registrando daños en un 35% de su estructura.

Esto fue todo un problema, pues además la restauración no estaba autorizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Comenzaron las acciones de limpieza el 19 de septiembre del 2013, sin haber contactado con autoridad del Centro Histórico para que se coordinaran los trabajos a realizar y tampoco presentaron documento alguno que acreditara la autorización o solicitud hecha ante el INAH, ni se exhibió la fianza para garantizar el cumplimento de los trabajos que incluye los daños que pudiera sufrir la escultura.

Después, a partir del 28 de junio del 2016, la Secretaría de Cultura del Gobierno Federal, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), comenzó a hacerse cargo de los trabajos de Diagnóstico e Intervención para la Conservación y Restauración de la Escultura Ecuestre de Carlos IV y su Pedestal (“El Caballito”). Estas acciones se desarrollaron en conjunto con el Gobierno de la Ciudad de México, por medio del Fideicomiso Centro Histórico, y con la participación de la Dirección General de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural de la mencionada Secretaría de Cultura.

La escultura fue recibida oficialmente por la directora general del INAH, Teresa Franco, tomando la estafeta para recuperar la obra elaborada por Tolsá. Entonces, los trabajos fueron conducidos por la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC), bajo la dirección de la restauradora Liliana Giorguli, acompañados por la UNAM y la UAM.

Gracias a esta restauración, hoy “El Caballito” nuevamente será exhibido.

¿Por qué es importante la Escultura Ecuestre de Carlos IV?

Tras la muerte del rey Carlos III de España, en el año de 1788, fue proclamado como sucesor Carlos IV. Don Ignacio Costera  y Don Bernardo Bonabia  hicieron la propuesta al Virrey de Revillagigedo de construir dos estatuas ecuestres en honor a estos dos reyes.

Hubo recursos muy escasos para su construcción, por ello solo pudo construirse una de ellas, la de Carlos IV, y fue colocada en la Plaza Mayor sobre un pedestal de mármol, había sido tallada en madera por Santiago Sandoval, sin embargo, la escultura estaba prácticamente destruida después de dos años de haberla colocado.

Don Miguel de la Grúa Talamanca de Carini y Branciforte, virrey de la Nueva España, envió una carta solicitándole al rey de España que en la Plaza Mayor de México se levantara una nueva estatua ecuestre en bronce, que sustituiría a la anterior, ya desaparecida.

En el documento decía que la escultura tendría un costo de 18,700 pesos, mismos que serían cubiertos por el virrey, se enviaron los proyectos de la escultura y del pedestal que habían sido diseñados por el arquitecto y escultor don Manuel Tolsá, entonces fue nombrado coordinador de la obra, y a don Juan Antonio González Velázquez, Director de la Real Academia de San Carlos, para realizar los planos de la gran plaza que serviría de marco a la estatua de Carlos IV.

Para mediados de 1796 Tolsá inició sus trabajos, en el mismo año, la primera piedra del pedestal del monumento ecuestre fue colocada por propia mano del virrey el 18 de julio.

Mientras se llevaba a cabo el proceso de construcción de la escultura ecuestre, España había soportado el ataque de la armada inglesa que desembocaría años más tarde en la batalla de Trafalgar, y Europa veía el ascenso de Napoleón Bonaparte. El caballo fue fundido y vaciado en dos secciones bajo la supervisión de Tolsá.

La pieza fue ubicada en la Plaza Mayor de México desde el año de 1802. Pero en 1823, la escultura se trasladó al patio de la antigua Universidad, ubicada a un costado de la Plaza del Volador para hacer oficial la inauguración, en donde estuvo presente Alexander Von Humboldt. En 1852 nuevamente se mueve la escultura, ahora a la glorieta de Bucareli y se colocó sobre el pedestal que tiene actualmente, ahí estuvo hasta 1979. En mayo de aquel año fue trasladado a su actual ubicación en la Plaza Manuel Tolsá, entre el Museo Nacional de Arte y el Palacio de Minería.

 

Xadani Escamilla Islas

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