El periodista Federico León inventó una visita de Elvis a Tijuana en la que supuestamente afirmó que “besaría a tres negras antes que a una mexicana”
A 43 años de la muerte de la leyenda del Rock Elvis Presley, queremos recordar una famosa historia mítica relacionada con México.
Corría el año de 1957, cuando la hija de un magnate mexicano solicitó a su padre la presencia del Elvis en su fiesta de 15 años.
El hombre, quien era muy amigo del regente de la ciudad Ernesto P. Uruchurtu, pidió hacerle llegar al Rey del Rock & Roll un cheque en blanco en solicitud de sus servicios.
La solicitud tardó más de un mes en llegar a las manos de Elvis por parte de su manager, quien se percató de la fecha del cumpleaños coincidía con la de un concierto en Vancouver, Canadá; por lo que ambos agradecieron el gesto y devolvieron la misiva.
El problema fue que entre las contestaciones pasaron dos meses, mismos en los que padre e hija presumieron el anticipado evento con familiares y amigos, de manera que cuando el mexicano se enteró, se enojó tanto que montó toda una venganza contra el cantante.
Llamó a su amigo periodista Federico León, considerado el cronista de Excélsior más leído del momento.
Federico inventó una visita de Elvis a Tijuana en la que supuestamente afirmó que “besaría a tres negras antes que a una mexicana”. Por supuesto, la nota tenía la intención de enemistar al país y al pueblo afroamericano con el ídolo. No obstante, en Estados Unidos se supo sobre la creación del reportaje y no pasó a mayores.
Sin embargo, en México fue otra historia. El regente Uruchurtu aprovechó la nota y su poder, y le prohibió la entra a México a Elvis. Además, ordenó a todas las estaciones que radio que no tocaran sus temas.
Lo gracioso del asunto es que a Elvis sí le gustaba México; tanto que hasta grabó en inglés la canción Somos Novios, de Manzanero, y tenía de amigas a las connacionales Dolores del Rio, Katy Jurado y Elsa Cárdenas; mismas que llegaron a desmentir todos los rumores dichos.
La afrenta no quedó ahí. Ocho años después, en 1965, Uruchurtu mantuvo el veto y cuando la Paramont filmó en Acapulco la película “Diversión en Acapulco”, le negó la visa de trabajo y tuvieron que usar un doble para una escena que lo incluía.
Otro percance sucedió en 1959 cuando de nueva cuenta el regente capitalino incitó un enfrentamiento a las afueras del cine entre seguidores de Elvis y manifestantes en contra de él para poder prohibir que se transmitiera en todo México la película “El rey criollo”, donde Elvis era el protagonista.
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CAB
